La Constitución española
Quien en su día tuvo la confianza de una mayoría de los españoles ha preferido acabar su gobierno de la forma más ignominiosa e infame posible: poner la máxima ley que tenemos en defensa de nuestros derechos al servicio del mercado.
Si hasta ahora se había conformado con imponer reformas que no solucionaban nuestros problemas sino que garantizaban los beneficios de la banca y el mantenimiento del poder establecido, obedeciendo las órdenes de una Europa ultraliberal mandada por Angel Merkel y Nicolas Sarkozy, vigilantes de los beneficios de sus propios bancos con grandes inversiones en nuestro país interesados en recuperarlas obteniendo los máximos beneficios posibles, aunque fuera a costa de nuestro endeudamiento a medio plazo y el continuo aumento del paro al no poder poner en marcha políticas de tipo social y las reformas fiscales tan necesarias para poder salir de la crisis, ahora pretende vender nuestro futuro, y hacerlo sin levantar demasiado polvo no sea que se convierta en lodo y termine por ahogarlo.
España es uno de países de la Europa de los 15 que menos porcentaje de su PIB destina al gasto público, lo que significa en realidad que estamos a gran distancia de nuestros vecinos de haber alcanzado un techo sobre la deuda pública, ya que no hemos llegado aún el nivel de nuestros socios, por lo que la sociedad del bienestar entre nosotros todavía no ha sido alcanzada al nivel que en el resto de países de la Comunidad. Por otra parte, mientras que un trabajador español se puede equiparar con uno europeo en el pago de impuestos con una diferencia – teniendo en cuenta los costes de la vida – de un 20%, un empresario o una gran fortuna lo hace con una diferencia de un 78%, lo que significa que el desfase no está en el gasto público sino en los ingresos de Estado. Por si fuera poco, el fraude fiscal en España alcanza la cifra de 88.000 millones de euros, lo que unido a la existencia de paraísos fiscales que Europa todavía no se ha molestado en gravar sus transacciones, del mismo modo que también se niega a la aplicación de la tasa Tobin y a que el BCE actúe como lo que es: un banco central, emitiendo deuda pública, porque no les interesa ni a la Sra. Merkel ni a M. Sarkozy (porque va en contra de los intereses de sus propios bancos).
Ésta no es la Europa de todos, sino la de los bancos franceses y alemanes, y la del mercado, una Europa que está de lleno en una recesión por la aplicación de medidas ultraliberales que ya hace años demostraron su ineficacia en Sudamérica, y ahora lo han hecho aquí, y que de seguir por el mismo camino acabará en una depresión a nivel mundial.
Por todo lo expuesto, somos muchos los que no estamos dispuestos a vender nuestra soberanía ni nuestro futuro y el de nuestros descendientes al mercado. Ni damos permiso a sus señorías para que lo hagan en nombre nuestro usurpando nuestro poder soberano para tomar este tipo de decisiones. Creemos firmemente que solo nosotros podemos decidir si es o no correcta la toma de tal decisión mediante referéndum. Si se hiciera y se modificara la Constitución sin nuestro consentimiento consideraremos tal acto como una traición al Estado de Derecho y no lo aceptaremos, con todas las consecuencias que de ello puedan derivarse.
Twitter arde contra la entente Zapatero-Rajoy
Nunca se han puesto de acuerdo,
siempre de bronca han estado,
que yo ni un día recuerdo
que con sentido algo cuerdo
para hablar se hayan sentado.
El mandato se han pasado
uno haciendo otro diciendo,
el uno mal resultado
y el otro que ha criticado
sin saber que se iba haciendo.
Reformas nos han metido
que todo nos han quitado,
y hasta por bien merecido
los impuestos han subido
a los que siempre han pagado.
A los ricos ni tocallos
pues que ellos son los que pagan
y no quieren molestallos,
no siendo que al abrumallos
luego dellos se deshagan.
Por Europa bien mandados
en todo muy obedientes
dejando que los mercados
nos tengan hipotecados,
en vez de enseñar los dientes.
Las cajas las han vendido,
pues que en bancos han cambiado,
y bien que nos han jodido
ya que el beneficio habido
bien parece que ha volado.
Lo que aquí sí se ha quedado
son cerradas sucursales,
algún que otro más parado
con coche y piso comprado
y que acabará mochales.
Ha quedado demostrado
que con todas sus reformas
nada ha quedado arreglado,
la bolsa se ha desplomado
y en el mercado no hay normas.
Con el país arruinado
y sin haber quien invierta
porque no existe mercado
y hay medio país parado,
nos piden miseria cierta.
Cuando aquí hayamos llegado
a gozar de los derechos
que en Europa y su mercado
han los que lo han demandado,
estudiaremos los hechos.
Tomaremos Sol, Luna, las calles, y lo que haga falta
Está visto que no puedo hacer vacaciones. ¡Hay que joderse!
He leido el blog de Lopez Bulla y explica tan bien -en prosa- lo que tu en poesia que te lo corto y pego:
ResponderEliminar"La decisión del Parlamento español ayer acordadada de modificar nuestro texto constitucional para limitar el déficit público, sin sometimiento a referéndum, es sin lugar a dudas de una transcendencia jurídica tan significativa que puede compararse con el infame 23-F.
Nos hallamos, por una parte, ante una imposición de la Economía al Derecho, de tal manera que los criterios económicos neoliberales hegemónicos se acaban consagrando no en una Ley –como, en su caso, sería lógico- sino en la propia Carta Magna. Es decir, los juristas ya no vamos a estar compelidos a una norma legal –como tal modificable-: se nos dice que debemos pensar nuestro ordenamiento jurídico en su globalidad desde una perspectiva neoliberal. Otro pensamiento jurídico se sitúa extramuros de la Constitución. Los valores del Derecho restan sometidos, arrodillados y claudicantes, al pensamiento económico, que se pretende único y excluyente, pese a que la situación de miseria y desamparo de buena parte de nuestra ciudadanía se debe, precisamente, a ese pensamiento único.
En segundo lugar, esa proposición aprobada es una clara ruptura del pacto constitucional. En efecto, nuestra Constitución ha sido siempre calificada como “abierta”, en el sentido que permite varias lecturas y, por tanto, que se practiquen políticas diferenciadas. Ese modelo de mínimos ha permitido que la “norma normarum” haya venido manteniéndose vigente a lo largo de más de treinta años, sin apenas cambios –salvo aspectos puntuales de menor calado-. La constitucionalización de una política económica restrictiva del gasto público comporta, en definitiva, que cualquier propuesta alternativa –como están ya promoviendo por un buen sector de economistas ante las actuales circunstancias- se sitúe fuera de la Carta Magna. La Constitución aprobada en referéndum por el pueblo deja de ser la Constitución de todos para pasar a ser la de los neoliberales.
Y, finalmente pero como elemento más significativo, dicha proposición conlleva el cruce del Rubicón: el paso de la democracia (el gobierno de los hombres pobres libres) a la oligarquía (el gobierno de los hombres ricos libres). Nos hallamos ante un auténtico golpe de Estado constitucional, en tanto que un cambio de tanta transcendencia se toma estrictamente por diputados convocados de urgencia en agosto, por la presión de los famosos mercados y de instancias internacionales económicas –sin que nadie vote dichos grupos de presión- y sin que el ciudadano español nada pueda decir al respecto a través de un referéndum. Aquello que en 1978 fue votado por la ciudadanía se modifica en período preelectoral por la presión de los mercados y sin debate ciudadano de ningún tipo. Los mercados imponen limitaciones al Estado del Bienestar, la mayoría parlamentaria asiente –por convicción o sometimiento- y el españolito de a pié nada puede decir al respecto.
A partir de ahora ya no hay límites: las mayorías parlamentarias cualificadas podrán, por ejemplo imponer la consagración de la propiedad privada, eliminando cualquier referencia a su objeto social –una de las claves de bóveda del pacto constitucional, pese a su omisión práctica-, se podrá eliminar el derecho al trabajo, se podrá desconstitucionalizar la negociación colectiva o limitar su campo de aplicación, se podrá modificar el modelo público de Seguridad Social o de sanidad, o eliminar las referencias constitucionales al medio ambiente o el derecho a la vivienda o a la tutela de las personas discapacitadas. Y si no existe una minoría de bloqueo suficiente –del diez por ciento- el desmantelamiento del Estado del Bienestar no podrá ser votado por los ciudadanos, más allá de la periódica llamada a las urnas cada cuatro años.
ResponderEliminarY todo esto en plena canícula y vacaciones. Mientras los ciudadanos discuten sobre Mourinho y sus bravatas paranoides. Y sin que apenas se oigan voces críticas en los medios tradicionales. El sueño de una noche de verano del general Armada."
http://lopezbulla.blogspot.com/
En cuanto a tus vacaciones,
¡¡¡ES UNA CONSPIRACION CONTRA ELLAS!!!
SALUD.
Disculpa este abuso de tu blog...
ResponderEliminarSALUD.
Hay que aprender a manejar el sextante y el astrolabio
ResponderEliminarA leer los mensajes del cielo en las noches estrelladas
Un placer leerte, como siempre
Ciao.
Completamente de acuerdo, Groucho. Esto es un auténtico golpe de Estado que nos condena de por vida a la miseria y a la renuncia de conseguir el estado del bienestar, entregándonos en manos del mercado y del poder establecido. No se puede permitir tal infamia, con agravante de alevosía, y encima con la prensa intentando pasar de puntillas sobre el hecho, como si tal cosa. Es de los más indignante que hemos vivido en esta democracia. ¡Pena que no se pueda juzgar a los políticos en función de cómo han ejercido su cargo!
ResponderEliminarGracias por el interesante artículo de López Bulla. Lo de mis vacaciones, más que conspiración es brujería, porque ¡vamos!
Salud, y un abrazo.
María: si yo supiera leer los mensajes del cielo en las noches estrelladas no estaría ahora aquí haciendo el capullo, pero tal arte me ha sido negado y aquí sigo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y un abrazo.
Lo llevas claro, hasta las vacaciones te son negadas. Beso.
ResponderEliminarSi alguien necesitaba saber de lo que era capaz un tipo sin escrúpulos, sin ideas y sin moral alguna como Zapatero, sin olvidarnos de su cuadrilla de palmeros: Blanco, Pajín, Sebastián, Aído y demás ralea de ignorantes y trepas, ya no tendrá duda de lo que su capacidad para destrozar la legalidad vigentes, así como los derechos de los ciudadanos españoles.
ResponderEliminarNunca me ha entristecido tener razón en algo tanto como en esta ocasión: Zapatero es, y siempre ha sido, un derechista con un discurso pomposo y vació, como su moral. Ahora,cuando ya es tarde,mucha gente se ha dado cuenta del percal, pero ya es tarde. Nunca nadie, ni tan siquiera el horripilante Aznar, en nombre de la libertad y la igualdad, había hecho tanto daño a ambos conceptos. Lo triste es que la gente votará al siguiente papanatas que se presente con un discurso hueco, en él que las palabras libertad e igualdad sirvan para construir castillos en el aire. Para nada.
Un saludo.
Es mi sino emejota, pero me vengaré en Navidad.
ResponderEliminarUn abrazote.
Te doy toda la razón Paco. En realidad, no sé quien ha hecho más daño, si Aznar, que al fin y al cabo ya sabíamos lo que se podía esperar de él, o Zapatero, que ha traicionado ilusiones, ha mentido como un bellaco, y nos ha vendido como se vende quincalla, a precio de saldo. No sé qué dirá la historia al final, pero pienso que ha sido más negativo en todos los sentidos Zapatero que el mismísimo Aznar. ¡Y ya es decir!
ResponderEliminarSalud, y un abrazo.
Cuando el Dios es el mercado, el bien común queda relegado y la Constitución pasa a ser un instrumento de imposición que beneficia a los poderosos. lAMENTABLE. Un abrazo
ResponderEliminarLo triste del tema es que según voy viendo en algunos diarios de vertiente más bien izquierdista, es que en las encuestas que hacen entre sus lectores se ha dado una mayoría que en el referéndum apoyarían el sí. Cierto que el porcentaje ha bajado conforme se ha ido abriendo el debate, pero el primer día era abrumador por el intento del Gobierno de pasar de puntillas sobre el tema y hacerlo como si no tuviese importancia, cuando nos está condenando para toda la vida a la maldita miseria, y a ser un país de 2ª categoría. ¡Es para renunciar a la nacionalidad española y marcharse fuera!
ResponderEliminarUn gran abrazo, Alma.
maravilloso blog me voy aprendiendo
ResponderEliminarGracias RECOMENZAR, por el comentario y la visita. Estás en tu casa, aunque me pillas de vacaciones (más o menos).
ResponderEliminarUn abrazo.