LA SÁTIRA BARROCAA NUESTRA QUERIDA BANCA

A NUESTRA QUERIDA BANCA
[Octava Real]

Ocurre que nuestra banca querida
al final ha devenido y logrado
el ser en el mundo la gran valida
la única que la crisis ha frenado,
pues puso interés en tomar medida
frenando al ciudadano alocado
que usaba el dinero que ellos prestaban
y por el cual cada vez más cobraban.

Viene a ser que los que más animaron
a todos por que el dinero invirtieran
y raudos y muy alegres lo prestaron
en casos en que dineros no hubieran,
y andando en sus cautelas captivaron,
cual brujos por que en sus garras cayeran
a los ricos, pobres y los medianos,
al joven de aquí, de fuera y ancianos.

Ellos, que nuestro dinero invirtieron,
que especularon con acierto y tino
y buenos beneficios obtuvieron;
mas dejaron este quehacer tan fino
y a querer hacerse más grandes fueron
lanzándose con proceder indino
a prestar dinero con riesgo habiendo
sin apta garantía y bien sabiendo.

Agora dicen que no son culpables,
que inocentes son y no han culpa en nada
pues fue todo el vulgo, cual miserables,
quién orate y arrojándose en manada
a ellos fueron, y en modos intachables,
cual siempre, metiérosenla doblada.
Y cual siempre, ellos bien se lo advirtieron
mas locos, caso omiso les hicieron.

No podía intervenir el Estado
pues sería atentar a lo liberal,
las normas eran del libre mercado
que no es libre, ni honrado, ni ha moral,
pero cuando marcha bien todo es dado
se unta, compra, vende, se aprieta el pedal,
todo es bueno y todo está permitido
siendo el beneficio el fin perseguido.

Mas en los momentos que pintan bastos
pues oros y copas hánse acabado,
con espadas advierten los muy castos
que, o bien hácese cargo el Estado
de su mala gestión y de sus gastos,
o si no colapsarán el mercado;
y que se pague con nuestros dineros
lo que no es pérdida, son agujeros.

El Gobierno acetado ha, con condición
de que se desbloqueen los créditos
obligándoles ansí en la su función:
ceder el dinero por los méritos,
por necesidad y por social acción,
por el ciudadano que busca éxitos,
no por el que ya hálo y no necesita,
mas a éste es al quien siempre dánle guita.

Nuestro Gobierno debiera saber
que nunca se ha de tratar con piratas,
pues jamás cumplen palabra ni deber,
todo destrozan y roen cual ratas
pues es insaciable su sed de poder
y, o bien sus condiciones acatas,
o se arman y Guerra Santa declaran
a quienes probar tocalles osaran.

Concedídosle ha dineros agora
con candidez, por bien itilizallo
mas es decisión tomada en mala hora
en pensando que podrían controlallo,
que el truhán tan solo el dinero adora
y dar oro a un ladrón es malgastallo.
Por tanto, mejor será nos lo tornen
y ser nosotros quienes se lo donen.

Lo nuestro les dan por que nos lo presten
y por dejarnos lo nuestro nos cobran,
mas no contentos con ello pretenden
no prestallo, invertillo y lo malogran,
sin cumplir función por que se lo dieren
y aún dicen que son los que mejor obran.
Treinta mil millones ya se han llevado
pero a ningún ciudadano han llegado.

Ansí que insisto sea repartido
mas no en parte igual, según necesidad,
más dinero para el más desvalido,
igual para quien crea seguridad,
empleo, trabajo y deber cumplido;
no vendrá en ser una enorme cantidad,
casi unos tres mil euros por familia

que al fin y al cabo a la banca se iría.