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lunes, 18 de abril de 2011

EL ANSIOSO CAPITAL

Para celebrar su récord de beneficios recortará su plantilla en un 20 %

Cuando cayó el muro de Berlín las voces de los gurús del capitalismo rápidas proclamaron a los cuatro vientos que el comunismo había fracasado, incluso algún visionario habló del fin de la historia, porque estábamos en un sistema socio-económico perfecto. Pero nada más lejos de la realidad. Al no ser preciso un escaparate que enseñar al contrario, se empezó a desmontar, y la historia en lugar de avanzar comenzó a desandar el camino que se había visto forzada a hacer. El Capital ya no tenía por qué permitir concesiones de ningún tipo, y quería todo el poder, comenzando así la llamada globalización, con libertad de movimiento sin restricciones ni tasas para el dinero, pero sí para las personas. El dinero se fue acumulando cada vez en menos manos que empezaron a imponer sus condiciones a los gobiernos para invertir. En pocos años el gran Capital (el 80 % del dinero que se mueve en el mundo está concentrado en el 2 % de entes) y la Banca, siendo ambas cosas lo mismo, se han hecho con el poder. La clase trabajadora ha vuelto a niveles de derechos sociales y económicos propios de los años sesenta del siglo pasado, y las diferencias entre clases sociales y entre el llamado primer mundo y tercer mundo se han ido haciendo abismales. La injusticia social, la desigualdad, y la ambición sin medida - antes vicios -, se han convertido en virtudes necesarias para triunfar en la vida.


Pero la avaricia rompe el saco, y el neo-liberalismo, al quererlo todo, también se rompió y estalló la crisis, demostrando que no es válido como sistema socio-económico. Sin embargo en esta ocasión no se oyeron voces – o se oyeron muy pocas – diciendo que el sistema había fracasado, todo al contrario, nos pasaron la factura a nosotros para que se la pagásemos a ellos, y en una huída hacia adelante continúan chantajeando a los Estados, robando a los ciudadanos, desviando dinero a los paraísos fiscales, especulando a niveles nacionales, deslocalizando empresas, creando nuevas burbujas, e intentando desmantelar los Estados a través de su privatización comprando su patrimonio a bajo coste, bien imponiéndole unas medidas económicas severas, o especulando desde los mercados bursátiles contra su deuda. ¿De qué manera? De una forma muy sencilla: el Banco Central Europeo (BCE), deja dinero a ciertos bancos al 1% de interés para que estos lo presten a otros bancos de Portugal, Irlanda, Grecia o España, al 6 % o el 7 %. El negocio es seguro para unos y ruinoso para otros que deben ser rescatados, refundidos, o comprados.


También quieren – para poder hacer frente a la gran competencia de los países emergentes – unir los sueldos con la productividad cuando ésta ya ha alcanzado unos niveles veinte veces superiores a la existente hace cincuenta años, y no depende del trabajador, sino de la tecnología y de las inversiones de la propia empresa. Así vemos como esta semana pasada en un alarde de falta de ética sin precedentes, Telefónica, uno de nuestro buques insignia, y en su nombre su presidente, César Alierta, ha anunciado una reducción de su plantilla del 20 %, lo que significa 5.800 empleados, precisamente en el año en que ha batido récord de beneficios (10.167 millones de euros), un 30 % más que el año anterior. Cierto que muchos de estos despidos se harán bajo negociación y recurriendo a las ya manidas prejubilaciones que tanto han dado y darán de hablar. Paralelamente a estos despidos y sin que se les caiga la cara de vergüenza, se repartirán 450 millones de euros como incentivo entre 1.900 directivos.


César Alierta nos muestra como se dirige una empresa bajo las

normas capitalistas. Un jefe de Telefónica gana 103,5 veces

más que un empleado (sin contar las “stock options”)




Pero como los males vienen solos sin necesidad de llamarlos, otras dos multinacionales se han sumado al juego de los despidos, Nissan y Bimbo, que unidas al cierre de PC City y algún otro que me olvido pintan un panorama en que nuestras playas este verano se verán desbordadas más que por turistas, por nuestros propios parados.


Bien que dice el refranero

que los males solos vienen

pues necesidad no tienen

de que ningún pregonero

los vaya al cielo pidiendo,

que solos vienen corriendo.


Telefónica en tres años

quiere reducir plantilla

logrando ansí que su quilla

libre se quede daños

avanzando en el mercado,

un mar asaz complicado.


Cerca de seis mil parados

supone a España el recorte,

mas para aguantar el porte

otros son incentivados,

y son los ejecutivos,

que estos siempre salen vivos.


Es costumbre, que ya impuesta

está de tal forma en moda

que ya a nadie le incomoda

que pública y manifiesta

se les pase por los morros

como a auténticos ceporros.


También es muy recurrente

hacer prejubilaciones

cuando las jubilaciones

han abierto todo un frente

por subillas en dos años,

mas para esto no hay redaños.


Otras multinacionales

se han añadido a la fiesta,

cada una con su funesta

proporción de nacionales

nuevos que serán parados

en nombre de los mercados.


Pues que toda esta movida

cosa es de productividad,

que quieren esta actividad

quede ligada por vida

al cobro de quien trabaja

que ya a esclavo se rebaja.


Y ya salió el visionario

que con mental empanada

y no sabiendo de nada

nos ha dado el recetario:

que el culpable es Zapatero

ha dicho Pons, el vocero.


Otra empresa que se suma a la norma

de la productividad

6 comentarios:

  1. Viendo esto me ha entrado un impulso loco de gritar ¡¡¡socorrooooooooo!!!... pero si lo hago sólo conseguiré perder energías. Me quedo con mi grito y mi congoja ante la impotencia que provoca "saber" y "tenerse que aguantar".
    Un saludo.

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  2. Sí cuchu, mejor no pierdas energías, porque me temo que nos van a hacer falta a todos para luchar contra tanta injusticia y desvergüenza.
    Saludos, y un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Apreciado Carlos,

    Ruego reserves billete ida al planeta Oxón.

    Un placer.

    Anastasio Prepuzio.

    ResponderEliminar
  4. La reducción de personal de Telefonica no será porque les sobre gente para atender las llamadas de quejas por sus constantes cobros de más y mal servicio. ¿quiere decir que ahora todavía será peor? No puede ser!!!!
    Un abrazo.

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  5. pfffff desde luego el futuro es prometedor no se si tirarme al tren o a la maquinista,o si cortarme las venas o dejarlas crecer

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  6. Estimado Anastasio, cuenta con ello, y en tu caso, sin necesidad de desembolso ninguno, pues necesitados estaremos de capullos siempre prestos a cumplir su cometido.
    pedrojescritor, ese personal que te atiende lo hace desde lugares tan bellos y exóticos como Colombia, Ecuador, o Perú. Cuando llamas a "atención al cliente" de Telefónica no estás siendo atendido desde España sino desde uno de estos países, pues les resulta más barata la mano de de obra.
    jotake, esperemos que el futuro lo marquen los jóvenes y sus rebeliones contra el sistema establecido, y con nuestro apoyo. Así lo espero.
    Salud, y un abrazo para todos.

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