La Sanidad es, no sólo un derecho recogido en
la Constitución (art. 43), sino que es un derecho fundamental e internacional,
firmado por España en todos los tratados y que como tal y dada su importancia,
debiera de haber sido objeto - al igual que hemos visto con la Enseñanza – de
un debate de todos los partidos para llegar a un consenso que evitara los actuales e innecesarios recortes.
Y digo innecesarios
por dos motivos muy importantes; el primero ya lo expuse hace tiempo, y se
trata de antes de haber empleado las tijeras de esa manera tan apreciada y
democrática que tiene este gobierno y que tanto respeto muestra hacia la
oposición y el pueblo: por decreto ley, en lugar de haber elaborado una auditoría de la Sanidad para ver por dónde se iban
las grandes cantidades de dinero, que sin ningún tipo de justificación era
gastado cada año por patronatos, consejos comarcales, diputaciones,
hospitales concertados, etc., todos ellos dirigidos por políticos locales a los
que no se podía pedir explicaciones de su gestión. El segundo es que dada la afinidad política de este gobierno con los
amantes de las privatizaciones y teniendo en cuenta que la Sanidad es uno de los mejores negocios
para privatizar y para aprovecharse personalmente de tal privatización (tal
como ha ocurrido y está ocurriendo), podrían darse intereses en la desaparición
de la Sanidad Pública en beneficio de la privada, en contra de los intereses
del pueblo, de los más desprotegidos, a pesar de estar protegida por la Constitución y por los Derechos Humanos, e intentar cargar sobre
ella grandes recortes en la lucha contra el déficit, cuando España gasta menos en Sanidad que la media
de los países de la Europa de los 15.
Poquito a
poco nos la van metiendo, pero al final, caerá
Sin embargo sí que es verdad que
tiene una Administración excesivamente inflada, burocrática, y costosa, tanto en el ámbito estatal como
en al autonómico o el provincial y municipal. Son aquellas partes de su estructura que no sirven para nada más que para premiar
los partidos políticos a sus amigos, jubilar a los militantes, hacer
favores a familiares, ejercer el “amiguismo” y el nepotismo, duplicar los
trabajos de forma innecesaria, y que se reparten por todo el estado;
diputaciones, consejos comarcales, ayuntamientos excesivos, empresas e
instituciones públicas, televisiones autonómicas, embajadas de autonomías, y una serie de subvenciones a cargo del
ciudadano que deberían de ser consultadas a éste: subvenciones a partidos
políticos y sindicatos, organizaciones empresariales, subvención a la Iglesia
Católica, etc.
Me gustaría saber de
los más de 48.000 millones transferidos a las CC.AA. qué cantidad está
reservada para todos estos parásitos sociales y vividores a costa del
dinero público que nos ahorrarían los
recortes en la Sanidad y nos permitirían , como mínimo, mantener las pensiones,
pero si estamos en Europa y nos exigen que nos pongamos a su altura en todo, en
el déficit, el IPC, el sistema financiero, la facilidad para el despido, los
minijobs, la productividad, y la defensa de los intereses bancarios, también es
justo que lo hagamos en unas pensiones con un mínimo de dignidad que permitan
acabar la vida sin tener que mendigar, después de haber trabajado toda una
vida.
Y no sólo el recorte está ahí, sino
en el control del despilfarro del dinero público que se ha hecho y se continúa
haciendo, estos sí,
viviendo por encima de sus posibilidades; coches de lujo con chófer en número
excesivo, teléfonos, Ipads, ordenadores, obras sin control que no han servido
para nada y a las que no se busca viabilidad, descontrol de los sueldos por
falta de una normativa adecuada, gastos suntuosos a cargo de lo público
(comidas que son banquetes, fiestas convertidas en orgías, gastos personales
cargados como públicos, utilización de funcionarios para trabajos privados y personales
o caseros). O sea, hacer aquello de lo que se acusa al pueblo para justificar
los recortes mientras ellos continúan sin privarse de nada.
O nos
jubilamos más tarde o nos morimos antes.
Podemos
elegir entre las dos opciones
La Sanidad y pensiones
viene a ser las otras patas
que no admiten zaragatas
ni que se ejerzan presiones,
pues son derechos ganados
que deben ser respetados.
Si el estado tiene exceso
de gasto, como lo tiene,
que miren de dónde viene
y que recorten en eso,
y no en lo que es necesario
al ser algo prioritario.
Que recorten esos entes
que sirven al enchufismo,
mantienen el clientelismo
y aseguran indecentes
votos de agradecimiento
que les dan gran valimiento.
Mas tal tema es vetado,
pues perderían los votos
desos amigos devotos
que por mantener bocado
sus votos les dan en prenda
con el dinero de Hacienda.
Y si no
es rentable…mala suerte
También hay las subvenciones,
que como son para ellos
y para nos, mantenellos,
no le prestan objeciones
y gastan a todo trapo
hasta ganarse un sopapo.
Que es tiempo de restricciones,
podemos estar de acuerdo,
mas no estaremos de acuerdo
que todas las aflicciones
vayan hacia el mismo lado,
porque eso es estar chalado.
Y si hay que andar recortando,
para lograr buena criba
se ha de empezar por arriba
y distancias acortando,
y no hacello desde abajo
porque es más fácil trabajo.
Y la privatización
que son de algunos negocios
que tienen con otros socios,
que anden con ponderación,
que igual que las han traído
pueden verse un día huido.
Que es hurto y malversación
de un patrimonio que es nuestro
y que tan solo a un cabestro
le asalta la aberración
de pensar en repartillo
con algún otro ladrillo.*
Si fuera por
algunos, hasta los estados serían privados
*Ladrillo: en lenguaje de germanías,
ladrón de poca monta.
Esos que se enriquecieron privatizando los sistemas de salud de los paises capitalistas extremos dan ejemplo hoy a la derecha pura y dura de España para que aprovechen el desorden y se llenen los bolsillos a más no poder. Y en qué terminará todo esto? Basta con mirar a USA, una de las primeras economías del mundo y tiene más de 50 millones de personas sin acceso a los sistemas de salud.
ResponderEliminarUn saludo.
No sólo USA. Hay que cer hoy en día cómo está la Sanidad en Gran Bretaña, privatizada en la época de Tatcher, cuando era una de las mejores del mundo y se ha convertido en la peor de Europa, con varias muertes achacadas a la necesidad de conseguir beneficio por encima de la salud del paciente. Y es que en el fondo, de eso trata la sanidad privada: de conseguir beneficio aunque sea a cargo de la vida de los pacientes o de su seguridad. No tenemos más que ver en España la diferencia de trato entre una mutua y la seguridad social, para saber como será la sanidad privada.
EliminarSaludos.
Si seguimos así, es que ni tendremos derecho a enfermar. Vamos, ni a morirnos.
ResponderEliminarUn cordial saludo, Carlos.
A enfermar no, pero a morirnos, cuanto antes, mejor. Menos gasto, ¡eso sí, una vez ya cotizados los 40 años! Y no tienen vergüenza en reconocerlo, no creas que se les cae la cara al suelo por ello, no, sino que encima consideran que es lo justo y lo correcto, pero, mientras no les toque a ellos.
EliminarUn abrazo.
¿En qué momento el dinero se volvió más importante que la vida de las personas? Triste. Muy triste...
ResponderEliminarOjalá consigamos que las cosas cambien.
Abrazos.