El Tribunal
Supremo sigue igual que hace 70 años:
impartiendo
venganza
Que hayan escogido la emblemática fecha del 23- F para ejecutar
la sentencia del Tribunal Supremo que inhabilita al juez Garzón por las
escuchas del caso Gürtel, puede ser casualidad, o todo un mensaje a la ciudadanía, de
que aquí siguen mandando los mismos de siempre, y con total impunidad, y que no
piensan permitir injerencias de ningún tipo, sean jueces estrellas o
estrellados.
Ya en su
día - cuando el Partido Popular colocó a
Trillo al frente de la secretaría de justicia
– avisé que Garzón debería de andar con pies de plomo, porque el supernumerario
del Opus Dei sabe moverse en la
sombra de los juzgados como pez en el agua, y dispone de muy altas y poderosas
amistades, poco recomendables como enemigos. Inmediatamente se montó una
campaña de propaganda, para hacer ver que se estaba persiguiendo al partido
para dañar su imagen, y se quitó el caso
a la Audiencia Nacional (que es la mejor dotada de medios de
investigación), para pasarla a los diferentes tribunales superiores de las
comunidades a que afectaba, retirando de esta manera tan suave a Garzón
directamente del caso. Ya sólo les quedaba esperar a que Garzón cometiera
cualquier error, o bien provocarlo para que los cometiera, para echarse sobre
él, y retirarlo de la carrera judicial.
El resto es
sabido por todos; vino la causa de la
memoria histórica, la del famoso viaje a New York (auténtica vergüenza
jurídica), y la de las escuchas telefónicas, por la que ahora se la ha
condenado, sin tener en cuenta que otros jueces, como el juez Varela,
instructor del caso de la memoria histórica, también ha usado el mismo método
cuando ha sido preciso, sin por ello vulnerar las garantías constitucionales de
los juzgados ni de los abogados.
Y es que lo que Tribunal Supremo ha juzgado y condenado con
total arbitrariedad, y para vergüenza de toda España, ha sido en realidad, el
derecho inalienable de robar sin ser molestados, todos aquellos que siempre lo han hecho, incluso
antes de ganar una guerra fratricida apoyados y bendecidos por otros poderes,
como el judicial y la Iglesia Católica; que no piensan renunciar a tal derecho pues les pertenece,
como pertenecía el derecho de pernada en la Edad Media a los señores feudales,
ya que España es una propiedad privada de sólo unas cuantas familias, una casta
que pervive con sus ramificaciones políticas, militares, judiciales y económicas,
en las instancias del poder, y han sido, son, y pretenden seguir siendo,
intocables.
Editorial del New York Times:
Pasmoso veredicto en España
Por eso, no es nada de extrañar que tanto en España, como fuera
de España, se haya calificado de “persecución política” o de “caza de brujas”
este sainete con final ya escrito, que sería cómico si no fuera por los estragos que sobre la
Justicia puede llegar a hacer. La prensa nacional ya está vacunada contra todo
este tipo de continuas corruptelas, y sus comentarios son los habituales, porque
sabe que son estériles, pero la prensa
internacional, incluida la sajona, se ha escandalizado ante lo que a todas
luces es, no ya una persecución, sino indicios de prevaricación y cohecho en
todos los jueces del Tribunal Supremo, que debería de ser llevado ante el
Tribunal Internacional de Estrasburgo. Prevaricación, porque ya tenían la
condena acordada antes de iniciar el juicio; cohecho, porque han obrado de
manera injusta, con pleno conocimiento de que así lo hacían, y dejándose llevar
por la parcialidad política, o la enemistad hacia el acusado.
No podemos
dejar pasar esta actuación por alto porque sería el inicio de una perversión de
la judicatura en el marco de un estado de derecho, donde debe de estar
garantizada la imparcialidad, respetando el pluralismo ideológico y las
diferentes concepciones del derecho que tienen los integrantes de un tribunal.
Por otra parte, el poder judicial no
puede ser una corporación vertical en la que haya jerarquías; un juez de
primera instancia no tiene por qué ser inferior a un juez de un tribunal de
segunda instancia, y así sucesivamente, porque en el corporativismo no hay
independencia interna.
Intérpretes del
sainete titulado:
El juicio de
las escuchas
La condena
del Tribunal Supremo español, es un ejemplo de autoritarismo y verticalismo, y
representa un peligro para todos los jueces del mundo, pues defiende una
dictadura de los órganos superiores; el
acoso a Garzón no ha sido sólo un juicio a un juez, sino una violenta agresión
a la independencia de los jueces, y del sistema judicial general.
Para rematar
y mostrar su total impudicia, la falta de respeto que hacia la ciudadanía
tienen, y la omnímoda inmunidad de que disponen, el juez Marchena, descubre curiosamente ahora, cuando Garzón ha sido ya
condenado, que la acusación de cohecho por las retribuciones de New York,
habían caducado. Sólo falta, que para terminar de lucirse ante tan fastuoso
quehacer, – y ante las presiones
internacionales, a fin de no tener que seguir adelante – prefieran también
archivar el juicio de la memoria histórica. Cierto, que aquí son tan chulos de
seguir con aquello de “si ellos tienen
UNO, nosotros tenemos dos”, con que despidieron a su antiguo amo.
Terminaré
diciendo que tanto el Gobierno, como el
Consejo General del Poder Judicial han demostrado un impudor y una insolencia
que entran de lleno en el ridículo, al afirmar que las críticas a la
sentencia dan una mala imagen de España. Y añado, que me sumo a los muchos que NI RESPETAMOS NI ACATAMOS LA SENTENCIA DEL
TRIBUNAL SUPREMO, porque no ha existido un juicio sino un linchamiento, no
se han dado garantías procesales al juzgado, y hay claros indicios de
prevaricación y de cohecho en los componentes del tribunal. Por ello espero,
que este juicio sea llevado por el acusado al Tribunal Internacional de
Estrasburgo, donde con las debidas garantías, se imparta la justicia que aquí
se ha negado.
Los que
siempre se han creído con derecho a robar,
no admiten
ser acusados y perseguidos
Ya por fin han conseguido
ese sueño tan deseado:
que el único condenado
por habelles perseguido,
no sea ningún acusado
sino el que el juicio ha causado.
Que ladrones y bergantes
pueden seguir bien seguros
robándonos sin apuros
tal y como hacían antes,
que a España siempre ha mandado
casta del mismo ganado.
Y si sale un juez estrella,
acabará él estrellado,
terminando condenado
a causa de una querella
que le ponga otro togado
a la “casta” vinculado.
Tal es lo que le ha pasado
con la Gürtel a Garzón,
que aún teniendo la razón,
las reglas no ha respetado,
con la “casta” se ha metido
y ha venido en ser batido.
Para que sea recordado,
una fecha han escogido
que tiene mucho sentido,
por lo que tiene de odiado,
mas también nos deja claro
que la “casta” tiene amparo.
Todo quedó bien atado
cuando la palmó el caimán
y cual si fuera un imán
todo va hacia el mismo lado,
que es a donde siempre se ha ido:
al poder más corrompido.
Que son, y de siempre han sido,
amos de una España en venta
y pues lucen cornamenta,
siempre de ellos es temido
el que usen de la cabeza
pues lo hacen con gran bajeza.
De siempre supo Quevedo
en dónde meter el dedo:
en el centro de la llaga,
allí donde más daño haga.
Y pues son casta cerrada,
no admiten advenedizos
y aún siendo estos muy castizos,
les preparan la celada,
cayendo como pardillos
por llenarse los bolsillos.
Son los que pagan el pato
si algo llega a delatarse,
mas poco han de preocuparse,
pues con un buen alegato
y con tribunal especial,
es libre y con porte marcial.
Porque si es la imparcialidad
y al pluralismo el respeto,
de la Justicia esqueleto
y base de su dignidad,
aquí la justicia no ha huesos
y la dignidad, sin sesos.
Y si ha en ser la independencia
y no el corporativismo
que forma el verticalismo,
de la Justicia tendencia,
hay que limpiar los juzgados
de los muchos que hay astados.
Y al formar los Tribunales,
pues que sean equilibrados
y no a estribor escorados,
que no hay sentencias formales
sin jueces independientes
y tendencias diferentes.
Porque a Garzón no han juzgado
ya que juicio no ha existido,
sino que entremés ha sido
para ser así vengado
el deshonor de la “casta”,
a quien ya hay que decir: basta.
Han quedado cual bufones
del mundo sus señorías,
metidos en raterías
y no en juzgar a ladrones,
estampa de hombres de honor
que han perdido el pundonor.
Todo lo
tienen por pares: los bolsillos,
la cara, las
manos, lengua bífida…
Con tu permiso, me lo llevo a El Gallo Multicolor. Un abrazo.
ResponderEliminarSabes que puedes hacer lo que quieras mateosantamarta, aunque tus apariciones sean como un rayo de veloces.
EliminarUn abrazo.
Me gustaría que esos jueces del T.S. tuviesen acceso a esta entrada...
ResponderEliminarTe felicito y te aplaudo, Carlos
Un abrazo
A mí también Luis Antonio, pero lo más seguro es que acabase en Madrid, en la Audiencia Nacional, detenido por haberles acusado. Pero no me importaría, porque estoy convencido de que defiendo la Justicia. Incluso lo he publicado en Facebook, donde es más fácil que tengan acceso, para ver qué pasa.
EliminarGracias y un abrazo.
Impresionante cómo retratas los temas políticos, y el lenguaje que usas me parece maravilloso, rescatas lo mejor de la lengua española al servicio de textos geniales.
ResponderEliminarSí, ya sé, mucha lisonja, pero no sé bien qué decirte, pues de política estamos todos hartos.
Una vez te dije, hoy lo repito, aquí en Argentina serías muy conocido por tu trabajo crítico e irónico. Eso sí, no te alcanzarían las manos para retratar tanta mugre política.
Un gran abrazo, amigo Carlos.
HD
Gracias, amigo Humberto por tu amable crítica. No te creas que en ésta nuestra España andamos más cortos que en tu amada Argentina de truhánes, galloferos, embustidores, y todo tipo de embaucadores, que tienen grande solercia e industria en el saber vivir sin trabajar y siempre a cuenta de otros, mas no contentos con ello, y sabiéndoles a poco, acostumbran a estirar la mano a bolsa ajena, aprehendiendo todo lo que valor tuviere, disponiendo dello como si fuera suyo de por ley, pues de gran cuna son nacidos, y el trabajar es visto cual vicio o pecado impropio en ellos, y no permitido por la Santa Madre Iglesia, sus compañeros de fatigas, dichas y dichos déste nuestro reino.
EliminarSaludos y un abrazo.
una vez más esta amiga admiradora te da infinitas gracias por escribir magnas verdades y hacerlo en prosa y con máxima educación, miles de besinos con todo mi cariño y feliz fin de semana querido amigo.
ResponderEliminarGracias OZNA, por tu visita y tu comentario, y buen domingo.
EliminarUn abrazo.
D. Carlos que bien lo cuenta usted, y que pena da todo.
ResponderEliminarsi al juez lo hubieran juzgado en Valencia , otro gallo le cantaría.
Un saludo.
Ja, ja,ja,ja,,, Mucho me temo, amigo dapazzi, que a pesar de la fama de Valencia, en este caso el juez hubiese sufrido el mismo linchamiento a que lo han sometido en Madrid. La imparcialidad suele estar escorada siempre al mismo lado del barco en este país: a estribor (a la derecha).
EliminarUn abrazo.
Tu sátira no es una sátira sino un compendio de verdades. Esta justicia con minúsculas es cada vez más chica y menos representativa, cada vez más politizada e injusta; y aunque nos hayamos acostumbrado a ello por nuestra asombrosa pasividad y conformismo, para el mundo no somos más que el hazmerreir y ni siquiera sentimos vergüenza.
ResponderEliminarUn saludo.
Completamente de acuerdo, Dean, menos en una cosa: somos muchos -entre ellos tú y yo- los que sentimos vergüenza y rabia ante semejante desatino. No espero que de este error aprendamos, porque sé que es mucho pedir, pero al menos sí que tengo fe, en que se cambie la estructura de la judicatura española para seguir evitando el ridículo internacional.
EliminarUn abrazo.
"Noos" toman por tontos. Pero tontos, tontos...
ResponderEliminarPara colmo de la desvergüenza, el tito Francesc es nombrado Doctor por la Universidad Miguel Hernández de Elche.
Mientras tanto, a pie de calle discutiendo la "urgente" cuestión de Estado desencadenada por los pérfidos, herejes y filibusteros paisanos de Sade.
"Los franceses nos atacan" era el patético titular con el que el T.B.O. Marca habría su edición hace unos días.
¿Era pan y circo?, pues eso.
Amigos míos, éste es el país de la desvergüenza total, y parece que el que no es un ladrón es tonto, o algo parecido. Lo de los guiñoles es un intento de desvíar la atención tomándonos por auténticos idiotas, y que merecería el despido procedente del director de los informativos de televisión y de algunos periódicos. Seguimos con la charanga y pandereta, y dentro de poco llega la Feria de Abril.
EliminarUn abrazo.
Buen post y no menos la tu satira,,, muy buena. Saludos
ResponderEliminarGracias, amigo. Espero verte por aquí alguna vez más. Tu blog también me parece interesante, y lo visitaré.
EliminarSaludos y un abrazo.
Lo que màs me ha indignao es tener que ver como al Sr.Garzòn lo condenan por las escuchas del caso Gurtel y a Camps le dan carta blanca, cuando todas España ha oido esas escuchas que son una verdadera vergüenza nacional. Quiero creer en el estado de derecho pero a veces la justicia en España enloquece a favor del poder polìtico.
ResponderEliminarun abrazo
fus
¡Ay, fus! La justicia en Españ es un órganos que no se ha tocado desde la época de Carlos III (un buen brandy, por cierto) y que como tal, está hecha unos zorros. Los jueces, al igual que los políticos, son como los caballos, tienen pedigrí y pertenecen a una determinada casta, depurada por última vez en los años 30-inicios de los 40 del siglo pasado. Necesitan urgentemente una renovación, pero me temo que por las buenas no la van a aceptar, así que el Pueblo tiene la palabra. Mientras tanto, tendremos jueces corruptos unos, e ineptos otros, más dignos de trabajar en un circo o en una feria, que en un juzgado.
EliminarUn abrazo.