Soledad Becerril, actual Defensora del Pueblo,
considera que los asaltos producidos por el Sindicato Andaluz de Trabajadores a
los supermercados, son un robo con violencia física hacia las mujeres y que así debe de tenerlo en cuenta la Fiscalía. Opina que las
situaciones graves que viven muchas familias “deben de atenderse siempre conforme a ley”, porque salirse de la
misma es “producir un caos, un mal, es un
daño.”
La señora Marquesa de Salvatierra, no consideró en su día violencia física contra mujeres las
desproporcionadas acciones de la policía en Valencia contra colegiales menores
de edad que protestaban por las condiciones en que tenían que estudiar. Seguro que tampoco defenderá a la misma
cajera que defiende ahora, cuando agotado su actual contrato de prueba de un
año sin ningún derecho laboral, la despidan sin indemnización ninguna. Pero
eso no es violencia contra las mujeres.
Que yo sepa, tampoco hizo nada ante la petición de amparo de la
Asociación de Consumidores y Usuarios en Acción de España (FACUA), por las
amenazas de ilegalización del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad, si no retiraba de su web las críticas a los recortes del Gobierno.
Tampoco apreció violencia en esa actitud.
Tampoco considera violencia los desalojos de
familias enteras por desahucio y que se quedan en la calle, la retirada de ayudas a personas
dependientes y a mujeres maltratadas, las muertes de enfermos por faltas de
médicos o ambulancias gracias a los recortes en Sanidad, tener que dejar los estudios por no
poder pagar la matrícula universitaria porque la han convertido en “solo para
ricos”, verse obligado a emigrar
porque en tu propio país no encuentras trabajo…y así, cientos de casos. Pero
eso, no es violencia.
El problema estriba en que la obscenidad
política ha tocado fondo y que los valores que se invocan (democracia,
justicia, legalidad) son tan sólo palabras huecas que se han quedado vacías de contenido. La democracia no existe, la
legalidad y la justicia son dos cosas diferentes, la ley no es igual para
todos, las leyes están hechas para los poderosos y los ricos. Éstas son las
palabras que sí que tienen sentido porque son la realidad que nos rodea y todos
conocemos.
Ante esta realidad, la distancia entre el poder
político y su objeto, entre las palabras huecas y la realidad política y social
se va agrandando y ya no la puede contener, controlar, y
ordenar. De ahí que el orden pueda ser
subvertido por la fuerza de la realidad y por la inmoralidad política que
ha dejado vacío el hueco destinado a la ley justa. Eso tiene el nombre de acto revolucionario.
Y justo eso, es lo que se ha hecho en este caso.
Por eso le tienen tanto miedo y ha levantado todo tipo de reacciones.
Facua solicitó la intervención de la Defensora del Pueblo,
pero, que yo sepa, no hizo nada
Un quijotesco Gordillo
por la cara se
ha llevado
comida de algún
mercado
y andan locos
por recluillo
para el mal
ejemplo evitar
y otros lo
puedan imitar.
Doña Soledad
Becerril
Marquesa de
Salvatierra
dice que este
caso encierra,
desde una
actitud muy cerril,
hacia la mujer
violencia
porque tuvo
gran dolencia.
Si la buena
Defensora
quiere evitar
la violencia
que quite la
intransigencia
que de todo
punto y hora
tienen cuando
desahuciando
a todos van
atizando.
Y también a esa
cajera
que ahora mismo
ha defendido,
cuando la hayan
despedido
y se coja otra
llorera,
la defienda por
violencia,
si acaso tiene
coherencia.
El problema en
realidad
es bastante
diferente,
siendo uno, que
ya está ausente
en todo la
moralidad,
y el Pueblo que
es soberano
cambia la ley
con su mano.
Y no lo hace
por capricho
sino por
necesidad,
porque la
legalidad
se ha
convertido en un dicho
que nada ha en
ver con Justicia
fundando el
hecho en pudicia.
Cuando la ley y la justicia no coinciden, cuando el discurso
político se ha quedado vacío, el Pueblo debe de recuperar
su soberanía
Defensora del pueblo, pero como el pueblo es casi menos que nada para esta ralea política, es mejor que nadie venga defender al pueblo que ya es hora de que aprendamos a defendernos solos.
ResponderEliminarUn saludo.
De eso se trata, amigo Dean, porque la realidad política la han puesto en contra del Pueblo, y de esa forma han legitimado cualquier acción contra el gobierno y "sus leyes", pues tanto uno como las otras son amorales y faltan al principio del bien común.
ResponderEliminarSaludos, y un abrazo.
Que nadie me toque a la Becerra, que esá ahí precisamente para eso: generar polémicas que alejen a la opinión pública de otras cuestiones.
ResponderEliminarDigamos que es una alumna aventajada de la tan ínclita como puta (con perdón al colectivo) Presidenta de Madriz.
Con la madrileña y la sevillana, entre condesas y marquesas anda el juego. Nobleza de tan rancia estirpe como caduco pensamiento.
EliminarAbrazos.
¡Cuando un bosque se quema, algo suyo se quema señor conde!
ResponderEliminarSon retazos de cuando leía El Papus ... era el año 73 y costaba 20 pesetas. Realmente no sé si estábamos peor entonces, pero ahora es para llorar lágrimas de sangre
Siempre aprendo de tus líneas, gracias
Cuidate querido amigo
Besos.
Recuerdo el Papus con nostalgia, era la mejor revista de humor que se ha hecho en España. Por eso le pusieron una bomba. Entonces había una cosa que ahora nos han quitado: ilusión por mejorar las cosas. Ahora la ilusión se ha convertido en rabia, pero aún así, es insuficiente para mover al Pueblo contra quienes le oprimen y le roban.
EliminarUn abrazo, María.
Mi suegro es marqués por partida doble, y rancio lo que se dice rancio... yo diría que es buena persona.
ResponderEliminarPero tengo que reconocer que las guillotinas deberían de engrasarse otra vez.
Y yo pregunto desde mi ignorancia ¿al defensor del pueblo lo nombra el gobierno?
ResponderEliminarSi es así y el cargo está politizado no me sorprende absolutamente nada que esté pasando esto...