Vivimos en un sistema en
que sus dirigentes políticos han llegado a una falta de ética y de conciencia
que les lleva al extremo de la humillación del ciudadano al que dicen
representar y al menoscabo de su propia dignidad como seres humanos.
Bien por incompetencia, bien por cinismo, o por
indocumentado, el portavoz adjunto en del PP
en el Congreso, Rafael Hernando, afirmó
taxativamente que no existía desnutrición en España, salvo algún caso puntual,
que era repugnante que se utilizase a los niños para hacer demagogia política, que la responsabilidad de dar de comer a
los niños corresponde a los padres, y que en su provincia no conocía ningún
caso de desnutrición.
En cuanto a la última afirmación ha demostrado una falta de
conocimiento total de su propia provincia, ya que existen 900 niños que reciben alimentos del Plan contra la Exclusión Social de la Junta de Andalucía. Por otra
parte, dar de comer a los niños
corresponde a los padres, sí, pero es responsabilidad del gobierno garantizar
una política que permita a los ciudadanos obtener unos ingresos lo
suficientemente dignos como para ello, cosa que no se da en estos momentos.
El neoliberalismo
ha roto las fronteras de la pobreza
y del
hambre, pero para incorporarlas al primer mundo
Porque lo que parece ignorar el señor Rafael Hernando
(y con él todo el PP, porque nadie le ha hecho dimitir ante semejante sandez),
es que en España el problema no es de
desnutrición, sin o de hambre. Sí, de hambre.
El perfil de la pobreza
infantil en España corresponde a niños, no sólo que no comen correctamente,
sino que se van a dormir sin cenar, que no visten adecuadamente, no tienen
espacio para hacer los deberes ni jugar en sus casas, ya que sus padres se ven
obligados a compartir piso, y no acuden a actividades extraescolares de ocio
por falta de recursos. El 30% de ellos vive con menos de 640 euros al mes y no
acaba ni el graduado escolar.
La obesidad infantil a la que hizo
referencia el
ilustrísimo señor Rafael Hernando, es un
síntoma de desnutrición, y lo padecen un 17% de los niños que viven bajo el
umbral de la pobreza. Y entre el 25% y
el 30% de los niños españoles sufren malnutrición por culpa de la crisis.
Por tanto el ilustrísimo señor Rafael Hernando,
debería de medir mejor sus palabras y documentarse antes de hablar en vez de
ser tan ligero de boca como acostumbra, porque cerca de 2 millones de niños menores de 16 años en España sufren
desnutrición, y en muchos casos no es desnutrición, ¡es hambre! Sí, el mismo
hambre que se pasó en la posguerra y que nuestros padres creían que nunca más
volverían a ver. ¡Hambre por culpa de la
codicia humana!
La rebelión
es un arma legítima según el
“considerando”
3º del preámbulo de la
Declaración
de los Derechos Humanos
Piensa el señor Hernando
(como otros de su partido),
que están la comida dando
y es un dinero perdido,
habiendo bancos quebrando.
Dicen que hay diez Mandamientos,
mas en la crisma de tales
puede que por cruzamientos
de sinapsis neuronales,
no tienen ni fundamentos.
Y piensa que es una argucia
decir que hay hambre en España,
que lo explotan con astucia
pero que a ninguno engaña,
pues sólo es una minucia.
Que aquí niños desnutridos
puede haber casos puntuales,
que él no tiene conocidos
ningunos casos formales
en su provincia ocurridos.
Según Wert,
la educación ha de servir para
encauzar a
los jóvenes hacia su futuro
Y se nos lució el jumento;
ya que novecientos casos
existen hasta el momento
de niños que están escasos
de nutrición y alimento.
Y eso sólo en su comarca,
pues en el resto de España
la desnutrición abarca
a todo el que no se apaña
con algún que otro jerarca.
Y es que hay quien incompetente
tampoco tiene conciencia,
lelo en su trabajo ausente
sólo busca la apariencia
y acaba de delincuente.
Que la hoja del alustre
es blanca y da esplendores,
mas no por ser muy ilustre
se alcanzan los resplandores
que da el palor ligustre.
Espero que bien me entiendas
Ilustrísimo señor;
mira de hablar a sabiendas
para evitar el hedor
que sueltas en tus contiendas.
Y si no…,
siempre queda el recurso final
De un tiempo a esta parte me produce un profundo malestar cada vez que algún político abre la boca, en especial si es del gobierno o afin, pero aun más rupulsa, unas nauseas insoportables, me producen las palabras del ruín Rafael Hernando, en mi opinión, un individuo perfectamente despreciable.
ResponderEliminarUn saludo.
Es, tras el traspiés de Cospedal con su magistral actuación cómica de "La indemnización en diferido y en forma de simulación de Bárcenas", junto con el otro payaso que está de bolos por toda España, Carlos Floriano, el encargado de poner la cara sin temor a que se la rompan porque la tiene más dura que el hormigón armado, para decir cualquier tipo de tontería, sin temor de caer en el ridículo, sentimiento que por lo visto no posee. Así que suelta una detrás de otra y se queda tan pancho por mucho que le demuestren que los datos de realidad niegan lo que ha dicho.
EliminarEs la persona ideal para el PP; un auténtico trepa descerebrado.
Un abrazo.
No me conformo con que estos políticos dimitan -algo que no ocurrirá- exijo que se les juzgue por su ineptitud, por su desfachatez y por todo lo que ha robado o han permitido que se robara.
ResponderEliminar¿Qué país es este? Un país donde los niños pasan hambre, donde se cargan los derechos sociales. ¿Este es el país de la modernidad? ¿esto es lo que hemos alcanzado?
Los logros sociales pisoteados y los corruptos andando por ahí a sus anchas, impunemente. ¿Esta es la marca España? La del hambre, la de los niños que no pueden comer, la de los niños que, en el caso de que puedan acceder al comedor de la escuela, piden un poquito más de pan para poder cenar, ellos y sus padres.
Esta es la mierda de modernidad en la que no se puede vivir dignamente, la vergüenza del despilfarro y la desigualdad, donde la pobreza extrema alcanza los niveles de la postguerra. Esto es una desgracia, esto no es una democracia. Esto es un pais tercermundista con gobernantes ladrones e incultos.
Salud
Francesc Cornadó
Comprendo y comparto tu indignación, amigo Francesc, pero es lo que hay. Y si lo hay, es porque el pueblo lo permite (al menos en su gran mayoría), un pueblo manso y acomodaticio, servil y dispuesto a prescindir y renunciar a los derechos ganados por sus padres, abuelos y antepasados, y regados con su sangre, pero que están dispuestos a cambiar por tranquilidad, un televisor, una liga de fútbol, y...si es preciso, humillarse pidiendo comida en los servicios sociales para ellos y sus hijos, hijos que espero sean la sangre vengadora del día de mañana.
EliminarSalud, amigo Francesc.
ResponderEliminar¡Mira que sois exagerados! Eso es como “El caso Bárcenas", todo es mentira salvo algunas cosas.
"La segunda, ya... tal" no tengo palabras.
Saludos.
Tú lo has dicho; todo es mentira, salvo algunas cosas, que son las que dicen los diarios. Es decir, que todo es verdad, pero me niego a admitirlo y como soy el que manda, que os den morcilla (si tenéis suerte), pero yo de aquí no me voy, porque no tenéis cojones para echarme. Así de chulo. Y le doy toda la razón en lo último. Aún más, - y esto sí que me reventaría los colondrios - si hay alguien capaz de echarle de su puesto y cambiar todo el gobierno, son precisamente ellos mismos, la ultraderecha. Podemos cambiar...para ir a peor. Me hago gibraltareño o andorrano o lo que sea, pero me voy de aquí. ¡Mierda de país!
EliminarUn abrazo.
SIEMPRE NOS QUEDARA BOTSUANA, LIMPIA DE ELEFANTES.
EliminarSALUDOS.
Mejor, limpia de reyes, amigo mío.
EliminarUn abrazo.