La hybris es un concepto griego que significa desmesura y que en la actualidad alude a un orgullo muy exagerado, en especial cuando se ostenta el poder. En la antigua Grecia hacía referencia a un desprecio temerario hacia lo ajeno y a un descontrol sobre los propios impulsos, siendo un sentimiento violento regido por pasiones exageradas, consideradas enfermedades por su carácter irracional y desequilibrado.
En la Grecia clásica. no existía el concepto de pecado, lo que no era óbice para que la hybris fuera relacionada con la moira o destino. La persona que cometía hybris era culpable de querer más que la parte que la había sido asignada por el destino.. La desmesura se convierte así en el hecho de desear más de la justa medida que el destino nos ha reservado.
Con el concepto de hybris, la moral griega determina que la mesura la moderación y la sobriedad significan la medida correcta de las cosas. El hombre debe de ser consciente de su lugar en el Universo.
Muy a pesar de la cultura griega y aunque la naturaleza es en sí misma equilibrio, la historia ha sido liderada por el desequilibrio, como si desde el nacimiento hasta la muerte buscásemos incansablemente la destrucción del semejante, de la misma naturaleza e incluso la autodestrucción a través de la desmesura, de la hybris griega. Creo que es el calificativo más acertado para nuestra globalizada sociedad: desmesurada. Y como la hybris, provoca un sentimiento violento y un descontrol de los impulsos, regidos por pasiones exageradas que nos conducen al desprecio de todo y de todos.
Esperemos que como reza el antiguo proverbio griego, aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco. Y que con esta forma de castigo, vuelvan de nuevo, la moderación, la sobriedad, y el sentido común a regir una sociedad tan enferma como la nuestra.
Saludos y buenas vacaciones (a quienes las hagan) y a quienes no, pues lo mismo, que lo paséis bien igualmente. Yo sigo aquí.
Las vacaciones son cosa de ricos, los pobres simplemente hacemos un alto en el trabajo, y no para derrochar alegremente fuerzas, sino para recuperarlas.
ResponderEliminarSalud, y qué lo pases y lo estés bien.
Sí, pero probablemente lo sepamos apreciar más que los ricos e incluso disfrutar mejor, precisamente porque lo necesitamos más que ellos. Yo por mi parte, sólo hago unos días en Navidad para ir a ver a mi familia. El resto del año estoy ya de vacaciones (soy pensionista por incapacidad total).
EliminarSalud y a disfrutar de los días merecidos de vacaciones, porque van a desaparecer como derecho del trabajador.
Como decía aquel asesino en serie en su juicio: No soy un monstruo, simplemente una persona enferma. Esta sociedad está realmente enferma y cree que todo el mundo lo está igualmente; no nos damos cuenta del monstruo que hemos engendrado.
ResponderEliminarUn saludo.
Son muchas las veces que he dicho si realmente en esta sociedad, los que nos llamamos sanos, no seremos en realidad los auténticos enfermos. Nos salva ese impulso, que es el mayor de todos y que nos guía a la supervivencia, para poder disculparnos y decir que estamos sanos a pesar de todo. Pero aún así, estamos todos algo tocados por un sistema que pervierte el sistema de valores.
EliminarSaludos.
El vídeo es revelador y brillante. Los que hemos perdido el derecho a tener vacaciones y tan siquiera nos podemos permitirnos el lujo de ponernos "hybridos", al menos podemos calibrar las virtudes de la templanza y la medida, que remedio nos queda cuando se nos niegan otras opciones.
ResponderEliminarPues mi querido Krapp, soy de los que piensan que en un momento dado, la templanza, la moderación, y la sobriedad, deben de ser arrinconadas momentáneamente y dejar paso a la furia justa que luche por la libertad, único motivo en el que es permitida, incluso la utilización de la violencia (cosa que no aconsejo cuando se es más débil, como es el caso).
EliminarSaludos y pasemos la canícula veraniega lo mejor que podamos.
La capacidad del ser humano para arruinar el planeta es increíble. No me extrañaría nada que cuando los extraterrestres quieren asustar a sus hijos, en vez de decirles, "niño, duérmete o el coco te comerá", les dicen "duérmete o el humano te comerá". Si es que no tenemos arreglo, Pasan los siglos, las épocas, y aunque algunas cosillas se arreglan, acabamos tropezando siempre en las mismas piedras.
ResponderEliminarUn abrazo, Carlos.
Ya estamos pagando esa desmesura y lo seguiremos haciendo hasta nuestra propia destrucción. El ser humano será la raza más inteligente y la más idiota a la vez que pasó por la tierra.
ResponderEliminarO mucho cambian las cosas (que sinceramente, lo dudo) o esto no lleva más fin que precisamente "el fin".