EMPRESARIOS ESPAÑOLES = BANDIDOS

Han detenido a Díaz Ferrán, ex-presidente de la CEOE y espejo en el que se pueden mirar la gran mayoría – y recalco y subrayo esa gran mayoría – porque no soy de los que se muerden la lengua, y acostumbro a decir lo que pienso, con todas sus consecuencias. Además (en este caso) porque he conocido y conozco muy bien el percal al que me estoy refiriendo: el empresariado español.

No me voy a referir a los pisos que este personaje pueda tener en New York, ni los coches de lujo o su yate y aviones particulares. Para eso ya está la prensa. Con sólo decir sobre él que es amigo de Esperanza Aguirre, creo que ya se ha dicho bastante; defensor a ultranza del liberalismo y pregonero cazurro de las bondades de lo privado frente a lo público, sobre todo si lo público es heredado, (tal y como fueron sus inicios con Marsans, adjudicada en 1985 de la pública SEPI, y posteriormente en 2001, las Aerolíneas Argentinas) es uno de esos patriotas que consideran que ante la crisis se ha de trabajar más y cobrar menos, y que no se puede pagar a nadie quince años de pensión, mientras que sus representantes y representados, ganan y ayudan a ganar elecciones con mentiras, venden el patrimonio del pueblo, privatizan y ponen en manos de buitres la salud y la educación y aprueban una Ley de Reforma Laboral a su medida.

Así logramos ir a la cola de Europa en sueldo mínimo interprofesional, se bajan las pensiones, tenemos la gasolina más cara que ningún otro país, pagamos más IVA y más impuestos, pero ellos pagan menos o se lo llevan a paraísos fiscales,  la corrupción campa a sus anchas porque goza de inmunidad, o bien es indultada.

Mucho ruido mediático los primeros días,

para luego pasar al olvido

Y es que si bien el empresario y sus dirigentes de las patronales, juegan en todos los países – dentro del sistema capitalista – un papel importante en la producción de bienes y servicios, de riqueza y en la creación de mano de obra, en España, desde tiempos inmemoriales, su forma de gestión de las empresas está guiada predominantemente por la avaricia, el excesivo afán de lucro, la corrupción y la alianza con determinada clase política que la admite, el intento de conseguir el máximo fraude a la Hacienda pública, a la Tesorería General de la Seguridad Social, el pagar los mínimos sueldos posibles sin respetar los derechos de los trabajadores, obtener el máximo de beneficio sin invertir en tecnología ni dedicar parte de esos rendimientos de capital a la investigación.

Y aún más, abandonar económicamente casi por completo su empresa, invirtiendo en el negocio del momento cuando surge un gran negocio, con el peligro de que se termine convirtiendo en burbuja. Especulación y no inversión es su nombre correcto. Estos son nuestros empresarios.

Y estos son los que a través de sus representantes políticos (porque, no nos engañemos, los políticos les representan a ellos y no a nosotros) nos dicen que hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades, y ahora nos toca apretarnos el cinturón mientras ellos se llevan el dinero ganado a paraísos fiscales, son los que se van a forrar con las privatizaciones que nos van a imponer, porque según ellos los servicios públicos no pueden ser sostenidos, son los mismos que nos obligan a pagar los agujeros que ellos han creado en la banca por su excesiva ambición y que su gobierno ha tenido a bien en convertir en deuda pública, y los que nos vendieron unos pisos de los cuales ahora nos desahucian para que ellos los vuelvan a comprar por menos de la mitad de su valor y vender de nuevo.

Y como no me gusta quedarme a medias, lo que he dicho de los grandes empresarios, vale en un 90% para los medianos y los pequeños; usureros, defraudadores, ladrones y ambiciosos, que miran sólo por ellos y a los que importa un comino sus trabajadores y la función social que puedan desempeñar (en al caso de que exista tal función), y sus clientes, a los que engañan si pueden con la misma falta de respeto con que lo hacen a sus trabajadores, a Hacienda, y a la Seguridad Social, y a los que habría que añadir como virtud, su escaso, o nulo en muchos casos, nivel cultural, e incluso de conocimientos técnicos de su trabajo.

No seremos los culpables de la crisis, pero la estamos pagando

¡Por fin lo han empapelado!

Espejo y guía sin tacha

de todo el empresariado,

que cual íntegro buen facha

lo que ha ganado es robado.

Este hombre tan liberal

que a la Aguirre defendía

de forma asaz visceral,

pues que della descendía

su ocultado dineral.

Gerardo, el Presidente

de nuestras grandes empresas

y como tal el agente

que les ha dejado impresas

las trazas de un delincuente.

Porque es nuestro empresariado

dechado de cualidades,

por la avaricia llevado

ha hecho sólo necedades

propias de un desvergonzado.

Defraudan a nuestra Hacienda,

a la S. S. la evitan,

siempre andan en componenda

para que no les compitan

soltando alguna prebenda.

Pagan el mínimo gaje,

no respetan los derechos

y si miras bien los hechos,

más que negocio es pillaje

lo que hacen estos desechos.

Si supierais las ganas que tenemos de daros…las gracias

En investigar no invierten;

o evaden sus beneficios

o especulando convierten

un negocio en orificios

hasta que otros los advierten.

Y entonces ya se retiran.

Ya han logrado una burbuja

y al igual que hace una bruja,

oro y escoba se piran

como hace todo granuja.

Mas una crisis han creado

e implican a los gobiernos

para que sea el Estado

el verdadero encargado

de colocarnos los cuernos.

Y nosotros, los paganos,

como que en dioses no creemos

pero somos ciudadanos,

la crisis nos la comemos

salvando a estos marranos.

Y si a nosotros recortan,

a ellos les dan beneficios,

pues es lo que les reportan

todos nuestros sacrificios

que un comino les importan.

Y lo que nuestro y ganado

fue con sangre y sudor nuestro,

agora lo hacen privado

deste modo tan siniestro.

¡Que así es nuestro empresariado!

Y donde no llega Santa Impunidad, llega San Indulto