EL ABORTO DE GALLARDÓN (y que cada cual lo interprete como quiera)

No es que se pueda decir que es el ministro peor valorado del régimen porque hay mucho donde elegir, pero sí que podemos afirmar que es el más camaleónico, lo que ha logrado despistar a muchos, creyendo que es una persona dialogante y progresista, cuando en realidad es tan conservador y reaccionario como el mismo Aznar, solo que con formas más edulcoradas y menos chulescas.

Ya dio muestras de ello siendo alcalde de Madrid en alguna ocasión en que no pudo evitar dejar asomar por debajo de la puerta la patita de lobo que había detrás de su disfraz de cordero, pero ha sido ahora, tras su nombramiento como ministro, donde se le ha visto en toda su pureza cavernaria.

Hijo y yerno de franquistas (aunque su padre era más bien monárquico), pertenece al Opus Dei, y como tal es fiel a los mandatos de la Santa Madre, y por tanto, los Mandamientos de la misma, deben de ser convertidos en Leyes. A Dios lo que es de Dios que de lo del César se ocupa Gallardón.

Así que, como según la Iglesia todo se lo debemos a Dios y nada nos pertenece, siendo la mujer un ser inferior al hombre y hecha para su solaz y relajo,  cuya única función en la vida y a través de la cual se realiza plenamente, es la de ser madre (por narices y sin tener capacidad de decisión propia), el buen ministro desea devolver a la mujer al puesto que le corresponde en la Naturaleza y por mandato divino: esposa, madre, y en casa. Nada de permisividad, de poder decidir por sí mismas sobre lo sagrado aunque sean agnósticas o ateas. Para eso están las leyes (y sobre todo él), para obligarlas a cumplir igualmente con lo que la Iglesia dicta. Claro que esperarán un poco a aprobar la ley; a después de las elecciones europeas, porque saben que si lo hacen antes perderán votos. Pero ya lo dijo Rajoy: haremos las cosas como Dios manda.

La liberación de la mujer también pasa por la libertad

de decidir si quiere ser madre. Ni el Estado, ni mucho

menos la Iglesia son quienes para obligarla

Yo no sé do han estudiado

los ministros del gobierno,

pero incluso el más moderno

es retrógrado endiablado,

que al querer pasar por culto

da a todo el pueblo un insulto.

Son todos más ignorantes

que los que han sido obligados

a emigrar hacia otros lados

por las leyes aberrantes

que estos menguados pusieron

y que tanto daño hicieron.

El ministro Gallardón

parece estar empeñado

en dejarnos demostrado

(y ponerse un galardón),

en que el tiempo es relativo

pero no será abortivo.

Pudiendo en tiempo él viajar,

quiere hacello hacia atrás

para dejarnos detrás

de Europa entera y sajar

a la mujer libertades

impidiéndole igualdades.

No se puede dar poder a la Iglesia en una sociedad laica

Habiendo él la ley suscrito

y a San Escrivá entregado,

quiere que sea el pecado

reconvertido en delito

y que todo Mandamiento

sea un condicionamiento.

Y desta forma el aborto,

será una ley clerical

de religiosa moral

y por tanto, antiaborto,

cosa que es contradicción

y nunca jurisdicción.

Que hablan de amparar derechos

de los que son no nacidos,

mientras que a los sí nacidos

se les deniega con hechos

derecho a una vida digna

y en forma asaz fidedigna.

Que hay que mirar por el vivo

y no por el no llegado,

que la mujer no es legado

ni ser, del hombre cautivo,

sino igual, con libertad

de imponer su voluntad.

No lograrán menos abortos, sino más

delitos y menos seguridad