Hace una semana, Europa alzaba
tímidamente la voz ante su amo, al enterarse de la noticia de que aquel nos
estaba espiando y que lo
hacía en el modo y la cantidad que le venía en gana sin tener por qué dar explicaciones
ni pedir permisos previos, ya que al fin
y al cabo lo hacía por nuestro bien, para que no tuviéramos que hacerlo
nosotros, que bastante tenemos con la crisis.
Pero como ocurre con todo amo y en toda relación
dueño-siervo, se puede llegar a
circunstancias en que la obediencia debida al señor, deja al servidor con el culo al aire, aunque en este caso,
quien quedó en el aire fue el presidente de un país amigo que fue tratado peor de
lo que acostumbramos a hacer con los delincuentes, ¡eso sí!, de cierto rango y
a ser posible blancos, no indígenas y mucho menos si tiene fama de insumiso y
rebelde con el Imperio.
Que el avión de Evo Morales haya
estado dando vueltas sobre Europa, negándosele
el sobrevolar cielo de países como Francia, Portugal, España, e Italia,
por orden del emperador, al sospechar que llevaba al ex-agente de la CÍA
Snowden, sin la más mínima prueba, y
que haya tenido que hacer escala obligada en Viena, donde para más humillación, el embajador español pidió subir
a bordo a “tomar un café” para
inspeccionar el avión, a lo que no accedió el mandatario boliviano, y que finalmente,
tras inspeccionar las autoridades austríacas
el avión, España le concedió autorización para hacer una parada técnica en
Canarias y que pudiera regresar a su país, es un acto, no ya indigno e insultante con un país amigo, sino
ignominioso y obsceno para los que lo han hecho, y más en el caso de España,
que nos llamamos país hermano de Latinoamérica.
Pero ha sabido darnos una lección. Mientras que en aquel continente
hay países que ya han logrado liberarse de las garras del águila del imperio,
aquí seguimos teniendo que permitir que nos pongan micrófonos en los lavabos y
se nos ordene quién puede y quién no, volar sobre nuestro cielo. Europa es ahora una colonia de los yanquis
y España una monarquía bananera tutelada por el Imperio.
La próxima vez que vaya algún representante
de la Casa Real y del Gobierno a una reunión de la Organización de Estados
Americanos, con los
que tanto ascendente tenemos, tal vez tengan que escuchar aquello de “por
qué no te callas”.
El Imperio
tiene en Europa su Darth Vaden
Ver y hablar son dos sentidos
que si acaso los tenemos
es para que los usemos,
al igual que los oídos,
que nunca han de estar ociosos,
pues que son beneficiosos.
Y yo, que no sé callar
cuando veo una injusticia
o el Gobierno bien la pifia,
piénsome agora engallar,
para a todos ir contando
que ante su amo van pitando
para pillar lo que diga,
aunque sea una boñiga.
El Imperio nos ha estado
durante años escuchando
mirando y vigilando
lo que la gana le ha dado,
y nadie le ha dicho nada
por aquesta cabronada.
Y cuando órdenes ha dado
de no dejar que volase
ni tampoco aterrizase,
en vuelo un jefe de estado,
sumisos y obedientes
hemos sido complacientes.
Agora somos la puta,
encima ponemos cama
y pagamos la derrama
de quien lleva la batuta,
haciendo lo que nos mande
porque le sale del glande.
Somos una
estrellita más de la bandera americana
En Viena tierra tomó
y allí estuvo retenido
hasta que hubo complacido
al que allí lo desplomó,
siendo el avión registrado
y cual malhechor tratado.
Nuestro gobierno, amable,
envió a su embajador
para hacer de husmeador
con la excusa intragable,
de tomar un cafelito,
que es ya de por sí un delito.
Porque se ha de ser negado
para que encima te invite
jugando al escondite,
por ver si tiene guardado
al espía tan famoso
de este hecho tan lastimoso.
Luego, tranquilo, Margallo
con Mariano, los dos a una,
que no ha importancia ninguna
dicen para rematallo,
después de hacelle una afrenta
el que no nos representa.
A un jefe de estado amigo
se le tenido humillado
sin razón, y avasallado.
Ni conmigo ni sinmigo
cuenten que apoye lo dicho,
pues se ha puesto en entredicho
a un país soberano
y libre, sin ser en vano.
Cierto que
nosotros también espiamos
(Fotomontaje
de “El Jueves”)
Al final, siempre nos la cuelan. Hay presidentes que viajan en aviones privados, más o menos caros y aparatosos según su rango. Lo sabemos. Sabemos que el del emperador es el "number 1" y que el de Evo Morales tal vez sea el "number 86", más o menos. Sabemos que al del emperador nadie osará retenerlo ni un minuto a no ser por la fuerza, que es precisamente de lo que el emperador dispone y de lo que los aspirantes a serlo, carecen. Sabemos que el emperador existe y que todos aquellos subalternos que viajan en aviones presidenciales forman parte de un escalafón por el que querrían ascender. Sabemos que esos son asuntos más o menos conflictivos pertenecientes a la esfera del poder y que es en dicha esfera donde, finalmente, se acaban por dirimir sin contar en absoluto con la inmensa mayoría de cuantos nunca hemos volado ni volaremos en aviones privados ni presidenciales. Con su pan (o su caviar) se lo coman: a mí me importa un pimiento (o menos).
ResponderEliminarA mí me recienta que se deje sobrevolar y aterrizar aviones del Imperio con presos políticos o con armamento, sin decir ni pío, y que luego armen la que han armado sin tener razón, con al presidente electo de un país modesto, (y molesto para el Imperio) porque le ha dado la gana al señor emperador, y ni se molesten en pedir disculpas, sino que encima digan, que la cosa no era para tanto.
EliminarMe gustaría ver si tienen los huevos necesarios para hacer lo mismo con el avión de Putin o el del presidente chino, por poner dos ejemplos, aunque viajase con ellos el mismísimo demonio.
Y sobretodo, lo que espero con ansiedad, es la reunión de la OEA, y espero que en ella le suelten lo merecido a quien vaya del gobierno de España (que me imagino, no será Rajoy por "razones de agenda")y de la Casa Real, (que tampoco creo que sea el rey por "motivos de salud y edad").
Toda esta hipocresía me revienta.
Un abrazo.