SE ACABÓ LA TRANQUILIDAD

Una vez terminada la farsa de la Navidad y pasados unos tristes Reyes Magos, que tocados por la crisis, han tenido que reducir también su presupuesto en regalos, mientras que a otro rey, no mago pero campechano y gorrón Borbón le ponían la televisión como a uno de sus antecesores las bolas de billar, volvemos a la triste realidad.

Con el gobierno de nuevo puesto a cabalgar y a pisotear, como el caballo de Atila, todo lo que encuentra a su paso, se inicia el año de verdad, no el del 1 de Enero, con la resaca de la Nochevieja y la comida de Año Nuevo, con cava catalán, turrones de Jijona y Alicante y mazapanes de Estepona, sino el de la supervivencia en un país en que tal cosa ya se ha convertido en una lucha diaria.

Y así, hoy 7 de Enero, primer día no virtual del año 2013, se inicia con la primera protesta, la primera marcha, en esta ocasión de color blanco, en la lucha a favor de la Sanidad Pública en Madrid. Ese expolio a que estamos siendo sometidos de nuestro patrimonio y que están llevando a cabo delante de nuestras narices, a plena luz del día, en beneficio propio o de familiares y amigotes o empresas afines, sin que seamos capaces de frenar lo que es en realidad un robo, y que como tal debería de ser castigado por la ley y ser objeto de intervención inmediata de la justicia sin necesidad de ninguna denuncia privada, sino a través del  ministerio público, del Fiscal del Estado, o del mismo Consejo General del Poder Judicial.

No tuvimos suerte. En realidad, ¿los mayas acertaron algo? 

También volveremos a hablar de ese mal endémico de la política y de toda España: la corrupción. De más de 300 políticos que están imputados en delitos de cohecho, soborno, o prevaricación. Volveremos a hablar de la mezquindad y miseria de espíritu de los 62 políticos que cobran gastos por no vivir en Madrid, pero tienen residencia propia. Continuaremos hablando – y muy a pesar a nuestro – del caso Gürtel, al que ponen freno jueces y políticos, y que tras seis años, sólo el juez que se enfrentó a la casta fue declarado culpable. Y no nos quedará más remedio que hablar del último fichaje de Telefónica: Rodrigo Rato, el hombre que la privatizó, el mismo cuya gestión ha hundido a Bankia y por lo cual está pendiente de juicio como imputado, el gran gestor que ha sido declarado como uno de los perores directivos del mundo. Deberemos de hablar del nepotismo del Partido Popular en Galicia, repartiendo puestos de trabajo en la Administración a familiares y amigos, algo que no es nada nuevo y que ya venía siendo una norma en otras autonomías, como en Valencia, Madrid, Castilla-La Mancha, Catalunya (con CIU, la hermana díscola del PP), Murcia, Baleares, etc. Y del reconocimiento del FMI de su error al exigir a España una austeridad que ha matado el crecimiento y aumentado el paro, cosa que todos veíamos menos nuestro gobierno, quien ni siquiera lo reconoce.

Y girando la discusión hablaremos de la nueva tendencia en Estados Unidos a los tiroteos indiscriminados, y diremos que están locos esos americanos, mientras en España, se mata a niños por una miserable venganza o a parientes por un quítame de allí esas pajas. O de Gerard Depardieu, que renuncia a su nacionalidad francesa para no pagar impuestos, saca el dinero a Bélgica y se nacionaliza ruso. Ya sólo le queda convertirse al Islam para que le quede alguien que vea sus películas.

Y de nuevo, retomaremos la discusión de qué tipo de sociedad es en la que vivimos, en la que un 1% tiene el 80% de la riqueza mundial. Y en qué pensarán esos incalificables especuladores de la nada, que después de crear una burbuja y una crisis mundial, con sus beneficios van creando muerte a su alrededor para hacer más dinero que de nada les sirve si no es para lograr más dinero, porque no crean riqueza, sino todos lo contrario. Son ellos los que hicieron subir el precio del petróleo alargando la guerra de Libia, los que multiplicaron por 200 el valor de venta de artículos de consumo de primera necesidad, como el arroz, la leche, y el trigo, invirtiendo en el mercado de futuros de la bolsa de Chicago, sin importarles los cientos de miles, los millones de muertos, la mayoría niños, que su insaciable codicia causó.

Y no nos quedará más remedio que con impotencia y con rabia, sigamos preguntándonos que cómo permitimos eso, por qué esos asesinos no han sido juzgados y condenados, sino que para más vergüenza de toda la humanidad, viven rodeados de lujo y son respetables ciudadanos, cuyos sicarios mandan sobre una clase política corrupta.

Sí, ha empezado el nuevo año 2013. Que la esperanza nos traiga un cambio a los que nos consideramos humanos.

Ruego a los amables lectores puntúen

la acción del Gobierno en 2012, abajo,
dónde pone "Reacciones"

Ya el 2012 acabóse

y un nuevo año ha llegado,

mas el viejo no ha llevado

toda la mierda que hundióse

gracias a esos liberales

de raras normas morales.

Porque no nos han dejado

el juzgar las corruptelas,

que aunque producen sus pelas

deja a uno inhabilitado

para seguir en su cargo,

e incluso llegar a embargo.

Mas no hay que preocuparse,

que en un país de ladrones

los que mandan son los Dones

y vienen en ayudarse,

y antes de ser sentenciado

otro cargo ya ha ocupado.

Que aquí no es cosa de pasta,

y aún siendo el gestor más malo,

teniendo pata de palo,

si pertenece a la casta,

respetable e inocente

siempre será ante la gente.

Nuevo año, nuevas esperanzas, más fuerza y empuje

Que la justicia ha dado

por historia y por cojones,

o palos o galardones

según sea el denunciado;

indultado si es borrico

y cárcel para el no rico.

Y de nuevo volveremos

a seguir manifestando

mientras nos van machacando,

que otro gobierno queremos,

transparente y con justicia

do no mande la codicia.

Y la austeridad que acabe

y que empiece el crecimiento,

acabando el retraimiento

que como todo dios sabe,

causa de infortunio han sido,

aunque a otros, muy bien les ha ido.

Y nuestro mundo invertillo.

Que no merece el dinero

convertir en carroñero

al hombre por conseguillo;

que es sólo para gozallo

y en ser feliz disfrutallo.

Acabemos con los canallas que se rigen por el dinero,

sin tener en cuenta el valor verdadero: el humano