LA VILEZA Y LA MEZQUIDAD POLÍTICAS

Siempre ha habido – y hay – leyes que no han sido hechas pensando un mínimo exigible, y por tanto su resultado a la hora de aplicarlas, si el funcionario de turno es tan tonto, corto de mente, o vago, que la aplica sin tener en cuenta la lógica ni el caso específico, sino la ley como tal, (cosa que ocurre en 100% de los casos, por lo que yo tengo sabido) es una desastre que no tiene ni pie ni cabeza, y una injusticia que por sí sola desprestigia, no sólo al poder legislativo, sino también a todos los jefes del ministerio, secretaría o subsecretaría encargados de aplicar tal ley o norma, por no haberla estudiado convenientemente antes de ponerla en vigor, y dar su opinión como expertos que son del tema.

Tal es el caso – paradigmático de la ruindad y la sordidez a que es posible llegar en política – de una mujer de 70 años ingresada en un centro sanitario recuperándose de un ictus, y a la que la Generalitat ha tenido la falta de ética y de vergüenza necesarias como para retirarle la pensión no contributiva de 104 euros que cobra, porque según una de estas leyes de las que he hablado, una persona que reside en un centro sanitario público, no tiene derecho a cobrar una pensión no contributiva, pues ya recibe las atenciones en dicho centro. Aparte, y para ahondar más en su bajeza, le reclaman las pagas correspondientes a los meses de Junio y Julio que ya había cobrado.

Fátima Báñez, confunde la realidad con Twiter

y pone como ejemplo de familia media

española, una que gana 8.000 euros al mes

El marido, operado dos veces de cáncer, cobra una pensión de 570 euros, y tiene que pagar un alquiler de 215 euros, más gastos cada mes. Esto además de indignante para quien lo lea, es un delito contra los Derechos Humanos y un ataque a una persona indefensa que muestra la cara más sórdida, vil y mezquina de la política nacional-católica-liberal de Catalunya.

Pero no es la única, éste es al fin y al cabo, un caso aislado; vergonzoso y vergonzante, pero un caso. Sin embargo, el impago a geriátricos y residencias de ancianos, afecta a miles de personas, algunas de las cuales quedan en una situación de desamparo total por falta de medios económicos o de familiares que se hagan cargo de ellos.

Pero la miseria es como el tétano, que penetra dentro del cuerpo y afecta has a los huesos. Mientras se siguen robando miles de euros en presupuestos no aclarados, partidas fantasmas, pagos a hospitales de la “casta”, y estudios e investigaciones inexistentes, se cobran 5 euros por alquilar una silla para poder pasar la noche en un hospital acompañando a un familiar enfermo, o se pretende cobrar el agua a los enfermos, como intentó Cospedal, se nos cobra por las medicinas a los pensionistas, y se retiran una serie de medicamentos de las listas de la Seguridad Social.

Dicen que han logrado así entorno a un 10% de ahorro, lo que no nos dicen es cuánto se siguen llevando que no les pertenece, los políticos de turno.

A todo esto, se echa de menos la palabra reconfortante y siempre del lado de los pobres, de los que sufren hambre y sed de justicia, la palabra sabia de la Iglesia Católica contra estos excesos de indignidad, corrupción, y codicia, vicios que siempre han sido atacados y contrapuestos a las virtudes que predican: la integridad, la honestidad, y la generosidad. Tal vez es que han dejado de ser vicios y los han convertido en virtudes. ¡Los tiempos cambian tantas cosas!

Ana Mato, ni una verdad en los carteles. Claro

que es algo despistada. Tampoco vio el Ferrari

de su marido

Que de siempre ha habido memos

encargados de hacer normas

y hácenlas en tales formas

que ni en los casos extremos

pueden rozar la justicia

pues que las creó la impudicia,

es codicia.

Si tales leyes y normas

a los más pobres atacan

y sin piedad los machacan

sin dar lugar a reformas,

pues se imponen sin cabeza

y con toda su crudeza,

es vileza.

Cuando ya al cielo se clama

ante tan injusto caso

que precisando un repaso,

ante la injusticia clama

que se le aplique justicia

porque eso es pura avaricia,

es codicia.

Ni por urgencias, ni por leshe, payo,

que pa eso yo soy gitano y tengo sangre re reyes

Cuando aún estando arruinados

viviendo cual miserables,

aún son tan abominables

que los meses abonados

les piden sin sutileza

que los tornen, pieza a pieza,

es vileza.

Que como a estos desdichados

se lo hagan a los ancianos

y a todo hijo de cristianos

que están incapacitados,

y con toda la malicia

se cometa tal sevicia,

es codicia.

Que ellos sigan derrochando

mientras esto está ocurriendo

y que aunque lo estén sabiendo,

sigan sus bolsos llenando,

es prueba de alta bajeza,

de torpeza y de simpleza,

es vileza.

Total, media pensión en medicinas, y a comer a Cáritas