SÁNCHEZ DRAGÓ, EL CARADURA OPORTUNISTA

Sánchez Dragó, esta nueva promesa de la literatura y el periodismo, ha tenido que anunciar a todo el mundo su regreso a España con una de sus acostumbradas salidas de tono, tan fuera de lugar, como ofensiva.

Bien está que no comulgue con el estilo de un determinado medio de comunicación, pero de ahí a alegrarse de su desaparición hay una trecho llamado fascismo, dictadura, o pensamiento único, y si no contento con eso, encima injuria a ese medio, despreciándolo con calificativos ofensivos como el de periodicucho, o soltando una sarta de estupideces, como “desde el día de su nacimiento hasta el de su defunción lanzó a diestro y siniestro, calumnias, insultos, mentiras y venenos”, o lo acusa de ser “la hoja parroquial del zapaterismo lo fue de la manipulación y no de información”, y califica a sus lectores de analfabetos y de pobres miopes, demuestra su falta de respeto, – ya ni hablo de educación, porque sería mucho pedir a tal individuo – de conocimiento del medio, y, por supuesto, de una creciente y preocupante demencia senil, lo que unido a sus ya conocidos trastornos de la personalidad, más las secuelas neurológicas producidas por la ingestión de plantas místicas, o drogas enteogénicas, – que no alucinógenas, según sus propias palabras – deberían llevar a quienes le cuidan a revisar la medicación que le proporcionan, a fin de no debilitar en exceso las conexiones neurológicas de su ya castigado cerebro. Si no fuera por esta senilidad, tal vez recordara la frase que en su día dijo: “Lamento haber nacido en un país tan mal educado”.

Polémico por sus polémicas polémicas

Aunque es escritor, tanto en su vertiente de narrativa como ensayo, debe su fama más a sus incoherencias políticas, la empanada mental filosófico-religiosa que tiene, y sus declaraciones provocativas y fuera de lugar.

No entraré a analizar su obra, porque lo poco que conozco de ella no me gusta por su lenguaje recargado, redundante y vacío de contenido. En lo concerniente a su conversión política, se puede dar la mano con Federico Jiménez Losantos. Ambos provienen de una izquierda militante en el franquismo y se han convertido a la derecha más conservadora, si bien la verdadera intención no es el pensamiento político sino el económico, la búsqueda de un modus vivendi a costa de quien se lo ofrece, porque está necesitado de pseudointelectuales en su bando y los encuentran entre aquellos, que deseosos de triunfar en la vida a cualquier precio, se venden a cambio de un buen apoyo económico y de su carrera como escritores o periodistas. Claro, que lo malo que tiene apoyar a caballos de mala raza, es que de vez en cuando se desbocan y se salen del guión establecido. Tal ha sido el caso de ambos, en la COPE del primero, y en Telemadrid del segundo, por sus declaraciones de pederastia con jovencitas japonesas. Una boutade más de las muchas que ha soltado en su vida.

Porque donde Sanchez Dragó alcanza la cima de las contradicciones, es en su, digamos, pensamiento filosófico-religioso. Partiendo del “Yo soy todo y no soy nada”, se declara a la vez, taoísta y casi budista, gnóstico en cristianismo como Teresa de Ávila y Juan de la Cruz, (confundiendo aquí gnosticismo con misticismo), sufí como Ibn Arabi, y cabalista como Moisés de León. No contento con ser todo ello a la vez, considera que su vida es una continua indagación científica en su consciencia, y que a través de esa investigación, ha llegado a la conclusión de que hay una unidad absoluta en todas las religiones. La pena es que no diga cuál es esa unidad absoluta, para acabar de una vez por todas con las luchas entre unos y otros, y de paso concederle el premio Nobel de la Paz.

Dando una charla en Falange: hay una Falange buena

y hay una mala. (Jódete lorito) 

Sus declaraciones fuera de lugar son muy conocidas, y es difícil que en alguien como él, lo sean porque sí. Las que acaba de hacer, alegrándose de la desaparición del rotativo “Público”, y deseando lo mismo para el diario de Internet “el plural”, son, aparte de ignorancia por su parte, al no desear lo mismo a “La República” o “Diagonal”, entre otros, la búsqueda de propaganda para intentar vender algunos volúmenes de su último libro recién salido al mercado (y que seguro es un peñazo de aquí te espero), y por otro lado, una llamada de atención a sus amigos en el gobierno, diciendo que ya está aquí y dispuesto a llamar nazis a los “indignados”, pijos, caraduras, gilipollas y gorrones a las ONGs, decir que Franco era autoritario y no totalitario, llamar memo a Stéphene Hessel o a cualquier otro intelectual. En pocas palabras, dispuesto a lo que manden, como fiel perro dispuesto a lamer la mano que tantas veces le ha dado de comer.

Qué lejos queda ya aquel otro Sánchez Dragó que decía: “La libertad de opinión y de expresión, que es sagrada, sólo puede existir en el contexto y el caldo de cultivo del decoro, la buena educación, el buen gusto, y el respeto a la dignidad de las personas (…)”

Presume de ser seguidor del budismo

Variyặna o Tántrico

Para que todos se enteren

de que Dragó ha llegado,

sus chorradas ha soltado,

logrando que se generen

las polémicas ansiadas

con sus frases desvariadas.

Y es que escritor nunca ha sido,

sino sólo un mal hablado

que es también maleducado

porque en España ha nacido,

cosa que siempre lamenta,

mas de la que se alimenta.

De libros desear viviendo,

ha devenido en librillo,

de ir cual Miércoles Corvillo^*

mil favores requiriendo,

y en la derecha ha acabado

que es la única que ha pagado.

Y de esta forma ha logrado

el ser muy bien conocido

como alguien que está muy ido

de tanto haber abusado

de la toma sin medida

de la droga y la bebida.

Con la droga ha conseguido

el más alto misticismo,

llegando al misterio mismo

de aquello que ha perseguido

toda la filosofía:

lograr la sabiduría.

Cierto es también que ha quedado

su cerebro consumido

y que anda un poco perdido,

pues neuronas ha quemado,

y al ser lentos los enlaces

resulta no saber qué haces.

Mas él aún está animado,

y aunque de forma creciente

sigue su estado demente,

a la izquierda le ha atizado

con su tacto conocido,

por un diario haber perdido.

Ya que es su forma corriente

de entender las libertades:

el que  no dice verdades,

señal clara es de que miente.

¿Y quién es aquel que miente?

El que piensa diferente.

Y como están las derechas

en el gobierno ahora mismo,

piensa con su cretinismo

volver a cantar endechas,

y de polvos presumiendo

en la tele entreteniendo.

Pues los echa de dos días

y sin descansar un rato,

algo que más que alegato

 resultan alegorías,

pues su loca imaginación

le conduce a esta ensoñación.

Portada de su último libro.

Lo de niño raro parece lo más acertado

*Miércoles Corvillo: Miércoles de Ceniza. Se decía así por la postura encorvada de los penitentes.