EL ODIO DE CLASE

Si con el famoso “¡que se jodan!” oído en el Parlamento, ya teníamos claro que el odio a la clase obrera lo llevan en la sangre los pertenecientes a esa banda de delincuentes llamada Partido Popular, con la falsa acusación de la Vicepresidenta del Gobierno en la rueda de prensa del pasado viernes, diciendo, bien por error, o con la peor intención del mundo, pero en ambos casos recalcando con toda fiereza y en tres ocasiones, como si se tratase de una película en 3-D, que 520.000 parados habían cometido fraude a la hora de percibir la prestación por desempleo.

La misma representación, pero esta vez en versión de Toccata y fuga, la hemos podido ver en el Parlamento, donde como la mejor defensa es un ataque, ante la interpelación para que rectificase lo dicho, pues tan solo 5.833 parados eran los que habían cometido fraude, mezcló churras con merinas y acusó a los socialistas de no tener autoridad moral para hablar, cuando estaban bajo investigación del mayor fraude laboral entre sus filas, con más de 120 imputados y más de 1.000 millones defraudados. Pero de rectificar, nada. Y dicho esto, hizo mutis por el foro.

Pero quedaban espadas suficientes en el ruedo para seguir toreando al resto de parlamentarios. Primero fue Fátima Báñez, que a falta de discurso propio hizo de eco, repitiendo el ya dicho por Sorayita. Después le tocó el turno a Montoro, el gran maestro de las cuentas y de los cuentos, el que ve aumentos donde hay disminuciones y luces de salidas de túneles cuando estamos cayendo en un pozo. Éste se enfrascó en una discusión de besugos con un exministro socialista al que atribuyó algo que no había dicho, y el presidente del Parlamento, juzgó que ya habían hablado bastante y cortó la palabra al socialista, con ese proceder tan imparcial que le caracteriza.

Los defraudadores acusan de defraudar a trabajadores

Lo vergonzoso de todo esto, es que se dediquen y presuman de perseguir a trabajadores en paro que cobran 400 euros al mes y les acusen de defraudadores, unos señores que cobran más de 6.000 euros mensuales más dietas falsas en muchos casos, más un sueldo del partido y sobres en B en otros, y con cuentas en Suiza también en otros cuantos más, y muchos de ellos bajo una más que evidente sospecha de ser defraudadores y prevaricadores.  

Más vergonzoso es que el señor Montoro y sus inspectores de Hacienda se dediquen a investigar pequeños comerciantes y empresarios, cuando todo el mundo sabe – e incluso se lo han advertido desde fuera de España -  que el 70% del fraude corresponde a las grandes empresas y la gran banca, y que con ese tanto ciento de fraude no precisaríamos de los recortes que se nos están llevando a cabo, mucho menos si se volvieran a poner los tipos impositivos que eliminó el señor Aznar, con lo cual, se podría bajar el IVA y reactivar un poco el mercado.

Y es una pena y una vergüenza que cuando todo un país ve que alguien está cubierto de mierda hasta el cuello, se limite a acusar de no ducharse a los demás en vez de limpiar su propia casa primero, de distraer la atención del ciudadano intentando embaucarlo, o recurrir al tan manido y tú más.

Se confirma así una vez más, que el Partido Popular lleva en su ADN el odio a la clase trabajadora, que busca eliminar cualquier subvención  a los parados (¡que se jodan!) porque se aprovechan de ella y trabajan al mismo tiempo, a sus organizaciones (sindicatos),  que hay que rebajar sueldos y derechos y facilitar el despido, algo ya conseguido con la Reforma Laboral, y para rematar, ir rebajando las pensiones porque resulta que viven demasiado y no es justo que se esté alimentando a unos parásitos sociales durante tantos años, sin caer en la cuenta que los verdaderos parásitos y los más dañinos, son ellos mismos.

Se persigue a trabajadores y pequeña empresa,

pero el 70% del fraude es de la gran empresa

El Partido Popular

que lleva el odio en sus venas,

para ahogar sus muchas penas

no duda en manipular

los datos de que disponga,

 creando una milonga.

Y como el odio es de clase,

no por su categoría

sino porque desvaría

y no permite el enrase

con aquel que considera

que no es mortal de primera.

Que han nacido por servilles

y ellos para ser servidos,

honrados y obedecidos

cuando venga en convenilles,

y a ser posible de esclavos

o pagando cuatro chavos.

Pero los trabajadores

no aceptan aqueste trato

más propio de un mentecato

que de seres pensadores,

y de ahí ha devenido

un odio empedernido.

Montoro se ha metido con todo dios menos

con la banca y el gran capital

La ratita pizpireta

el otro día ha acusado

de que habían defraudado

por su cara y por su jeta,

medio millón de parados

que cobraban por dos lados.

Aparte de ser mentira,

con lo que les subvencionan

más que vivir, los racionan,

y ser su punto de mira

es una inmoralidad

y una infame obscenidad.

Pues que sean acusados

de ladrones por ladrones,

es más que provocaciones

ser cabritos acabados,

pues que el ir prevaricando

lo vienen siempre aplicando.

Y el maestro de las cuentas,

que es sobre todo un cuentista,

que deje de ser simplista

y se meta con las cruentas

trampas y malversaciones

de grandes corporaciones.

Que nos están arruinando

siendo el setenta por ciento,

dinero que se lleva el viento

 y hacia Suiza va volando,

y no un currante parado

que ya llevas años ahogado.

Montoro, el Gran Engaitador