ADEMÁS DE INEPTOS, LADRONES. ¡DIMISIÓN!

España tiene 445.568 políticos, el doble que Francia e Italia y 300.000 más que Alemania. Hace ya muchos años que escribí en una revista ya desaparecida, que España era uno de los países más ricos del mundo porque se podía permitir el lujo de mantener la mayor tasa de políticos por cabeza, con la menor cantidad de trabajadores del sector primario de Europa. Hoy he de añadir, que aparte de mantener tantos políticos per cápita, hemos mantenido también a una cantidad ingente de ladrones, sinvergüenzas, vividores, aprovechados, gandules e ineptos de todo tipo, que a la sombra de uno u otro partido, han sabido medrar incorporándose en consejos de administración, consejos comarcales, diputaciones, ayuntamientos, secretarías o subsecretarías de cualquier ministerio; en cualquier sitio, con tal de poder disponer y manipular los fondos públicos.

Quienes hayan visionado los vídeos de mi anterior entrada, habrán podido ver por dónde se han ido miles de millones en nuestra Sanidad. Valga lo mismo – conociendo el percal, que diría un castizo – para otros ministerios, como el de  Educación, Cultura y Deporte, Justicia, Defensa, Fomento, etc., todos ellos dotados de presupuestos millonarios y de los que es fácil se vayan perdiendo cantidades por el camino sin que nadie se dé cuenta. ¿Qué es lo que permite este latrocinio amparado y conocido por los dos grandes partidos? La respuesta es obvia: la falta de transparencia política. La opacidad es la reina de la política española y a la que siguen empeñados en seguir manteniendo para que no nos enteremos de los entresijos y cambalaches que entre bambalinas existen.

En una actuación digna de un sátrapa, y con un total desprecio hacia la ciudadanía a la que representa, el Ministro de Justicia, Ruiz Gallardón, soltó que “carece de sentido pensar que el poder político puede decidir si se investiga o no Bankia”. No sólo puede, sino que debe, ya que se trata de dinero público de lo que estamos hablando que nadie sabe cómo ha desaparecido ni de qué forma se ha estado gestionando o lo que nos va a costar otra vez volver a reflotar una entidad privada con dinero público. Ya podemos ver que aparte de la ineficacia, la ausencia de transparencia, y los modos dictatoriales, caracterizan a este Gobierno.

Ni vivimos una democracia ni nada que se le asimile

Porque el que Bankia anunciara 309 millones de beneficios en 2011 y ahora haya cambiado sus cuentas y diga que ha habido unas pérdidas de 2.979 millones, es un delito societario tipificado en el artículo 290 del Código Penal. Si encima el nuevo presidente de Bankia, con un consejo renovado en el que se pueden ver todo tipo de delincuentes ya conocidos, comunica que este “pequeño traspiés” “se debe exclusivamente al entorno de cambios regulatorios que ha habido y al deterioro de los activos por el entorno económico”, que ya llevamos 23.400 millones de dinero público destinados a salvar esa entidad, y aún no sabemos si serán suficientes, que tampoco sabemos si para la nueva Reforma Financiera habrá bastante con 100.000 millones porque en este Gobierno, desde de Guindos hasta el más tonto, o el resto, que al fin y al cabo es lo mismo, no saben nada. Incluso Esperanza Aguirre, siempre tan cuidadosa ella, ha tenido un error de bulto que ha disparado el déficit porque le gusta hacer las cosas con “proyección de futuro”. Para rematar, el Presidente del CGPJ se va a Marbella los fines de semana a gastarse en, Dios sabe qué ni le importa, dinero público, cosa que además piensa seguir haciendo.

Que ante todo esto se nos diga que no hay que dar explicaciones, es una tomadura de pelo más, de las muchas que lleva ya este Gobierno. Pero lo que está alcanzando niveles antológicos son las disculpas que cada uno da ante la lógica situación de desconfianza que provocamos en nuestros socios europeos, que ven que no tenemos ningún crédito, que falsificamos las cuentas, robamos a manos llenas, las reformas hechas no son las correctas porque pueden ir contra la Constitución algunas de ellas, el Gobierno no tiene ni idea de gobernar, ni de dónde está, ni qué hacer.

Por lógica, la prima de riesgo ha subido por encima de los 500 puntos, debido a lo apuntado, pero para de Guindos es por culpa de Grecia, para Rajoy (a través de, en este caso su portavoz especial Merkel), es por la herencia recibida de Zapatero, para la siempre genial Aguirre, es por la pitada de la final de la Copa del Rey (que ni siquiera se oyó), y para algún otro patriota de esos que ya han sacado del país cerca de 100.000 millones por si las moscas, por los ingleses y Gibraltar, lo que ya es el colmo del disparate.

Personalmente me importa un pito la cotización en la bolsa de las acciones de Bankia, que baje o suba el Ibex, si ha sido culpa de Zapatero o del sastre de Camps, que MAFO (sí, porque así se llaman entre ellos, como los chorizos profesionales, por motes o abreviaturas) diga que puede decir todo pero que no le dejan decir nada, que de Guindos no sepa qué decir hasta que no terminen su trabajo los auditores que han venido de fuera. Tal y como están las cosas, prefiero que todos los consejos de administración dimitan (no que sean cesados) con sus presidentes a la cabeza, y sean reemplazados por expertos gestores de fuera del país; nos costarán menos, lo harán como profesionales y no robarán, si se logra que su gestión sea transparente.

Hablan de estar intervenidos. Pues bien, teniendo en cuenta que en la práctica ya lo estamos, que lo hagan de verdad. Fuera todo este gobierno de ineptos, que lo único que está haciendo es abusar del nepotismo y de la corrupción en sus más altos grados, y que los sustituyan otros controlados por el Parlamento con trabajo transparente, al que el gobierno actual se niega. Veremos qué pasa.

Nada como invadir Gibraltar, para que nadie note que

han arrasado Bankia, y el Banco de Valencia y…

Que España ha sido muy rica

es algo que siempre he dicho

y no porque sea capricho

sino por ser muy roñica

con la ostentación y el boato,

el esplendor y el ornato.

Que aún siendo muy pecadores,

y enemigos del trabajo

más que Drácula de un ajo,

siempre fuimos ahorradores

y dimos nuestros dineros

a los honrados banqueros.

Y era cosa digna el vellos

con el dinero jugando

y en todo lugar ganando

aún cometiendo atropellos

propios de viles fulleros,

mas entre ellos, caballeros.

Y siempre hubo para todos,

que aquí a nadie le ha faltado

dinero de lo robado,

pues sobre todo, los modos,

eran cosa muy cuidada,

de educación bien pagada.

Todos de buena familia,

católicos practicantes

y monárquicos babeantes

aprendimos en la Biblia

a leer con los salesianos,

y a hurtar con los franciscanos.

Mas el buen tiempo acabóse

llegando revoluciones,

debiendo impartir acciones

para evitar el acose,

y aunque nos siguió rentando

la ganancia fue restando.

En entrando la chusma, vino toda parentela, y no

había manera de frenarlos, que venían con ganas

Mas entrando el populacho

se acabaron las maneras,

pasando a formas groseras

al igual que hace un borracho

en una taberna entrando,

y las botellas quebrando.

Y con la chusma aumentaron

el número de mamones

y familiares gorrones

que los Consejos ampliaron

y al final fueron llenando

de ineptos que iban robando.

Y todo se fue al garete,

pues que entre ellos se peleaban

por ver quiénes más mandaban

en todo aquel tenderete

que no era banco ni nada,

pues no hacía una jugada.

Y como locos prestaron

en el tema del ladrillo,

mas justo fue repartillo

que las empresas quebraron,

comenzó a haber impagados

y muchos más arruinados.

Y la plebe, que no ha clase,

como las ratas corrieron

a coger lo que pudieron,

logrando hacer un desfase

que las cuentas han tapado

el dinero que han robado.

Mas siendo cual es tapado

el delito cometido

que este tipo de bandido

se lo hace siempre al Estado,

sabiendo que es encubierto

y con lo nuestro cubierto.

Pues con tirar de la manta

siempre alguno hay que amenaza,

mas es tan sólo añagaza

pues que ni sábana santa

puede cubrir tanta mierda

de derecha, centro o izquierda.

Casi a un político por cada 100 ciudadanos, si sumamos a la

familia, amigos de pupitre, amigos de los amigos, compañeros…

entre lo que cobran y lo que se llevan, viviríamos como sultanes