LOS JÚLIGANS POLÍTICOS*
Y SUS MASCARADAS DE CARNESTOLENDAS
[Octava Real, y tan real]
Pernicioso ejemplo están dando
los prebostes y forofos peperos
a los sus inculpados apoyando
en modos que indican son tesoneros,
pues les cubren de ataques traicioneros,
de la persecución de la justicia
que despiadadamente los desquicia.
Toda la parafernalia montada
por el Pepe en la puerta del Juzgado
solo es una infame mascarada
dirigida en contra del magistrado
que acuerda adhesión incondicionada**
de la misma forma que en el pasado
hacíanse en la Plaza de Oriente
a un general, que por suerte es ausente.
Este infame vodevil revistero,
cortina de humo contra la Justicia,
a la que está inclinado el pepero
por su especial forma en ver la Justicia
do si conviene, es juez justiciero
y si no, sicario es de la injusticia
que estando pagado por el Gobierno
les acosa y hace vivir un infierno.
No les importa en nada la verdad,
a ella le responden con sus gritos,
sus banderitas y la su lealtad,
flaco favor para los políticos
que ven mermada su credibilidad
por dar de mamar a sus fanáticos,
pues desta forma tan solo lograrán
el que las abstenciones aumentarán.
Grupo de fútbol parece el partido
con los sus júligans impertinentes
do haga lo que haga el su equipo
son todas acciones asaz prudentes
aunque a golpes majen en el partido
al contrincante y a sus presidentes,
que la culpa la tendrá el árbitro
y de ahí no les saca ni Cristo.
*Júligan: hooligan (gamberro). En el barroco las palabras y nombres extranjeros se escribían tal y como se pronunciaban.
**Acordar: recordar.
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