Los silencios de Rajoy suelen ser
silencios absolutistas, de censura, de anatema y rechazo total. Sobre quien hace unos años era un
ciudadano ejemplar cuya conducta era digna de ser imitada, ahora ha caído un
hosco y ya raído “yo respeto y acato lo
que digan los tribunales de justicia”, con la diferencia de que aunque
siempre lo dice y en ocasiones no lo cumple, esta vez va en serio. Y es que, Rajoy, aparte de no mojarse por
nadie, o es muy tonto y le engaña mucha gente, (Bárcenas, Fabra, Camps,
Rato…) o es que su partido es una auténtica pocilga en que él es otro de los que también disfruta enfangándose en el lodo de la corrupción.
Porque jamás movió un dedo para
investigar los negocios sucios de ese “ciudadano
ejemplar” a quien
tanto ensalzó. Ni ha pedido disculpas por haber sido un compañero y amigo del
alma de un delincuente, no. Pero ahora dice acatar la sentencia y calla.
Como también dijo que acataba la
sentencia del Tribunal de Derechos Humanos
de Estrasburgo sobre la doctrina Parot, y sin embargo tanto dirigentes del
partido, como medios de comunicación, pusieron a parir a dicho tribunal, pidieron
que se desobedeciera su sentencia y culparon al juez López Guerra. Lo mismo que anteriormente hicieron con Garzón para apartarlo del caso Gürtel hasta conseguir, hace ya casi
dos años, su inhabilitación.
Como un
faraón moderno, se hizo su propia tumba
Y sin embargo, Carlos Fabra puede
ir con la cabeza bien alta, porque según él y muchos como él, de su partido y
de fuera de su partido, piensan que defraudar a Hacienda no es un delito, como mucho un pequeño engaño.
Creen que estafar con el dinero público, el dinero de todos, el que pagamos
cada día al estado, no es nada importante. Pero por delitos de esta índole fue
detenido Al Capone y encarcelado 11
años. En cualquier país europeo y sobre
todo si es anglosajón, estos delitos son duramente castigados. Incluso en Italia, otro país latino como el nuestro,
Berlusconi ha sido condenado y apartado
de la carrera política por fraude fiscal.
Pero aquí, no. Aquí sigue vigente
el espíritu de que engañar a Hacienda es algo normal. Al menos así lo ha entendido Fabra y con él muchos de su partido. También
la Cámara de Comercio de Castellón,
que no tiene ningún inconveniente en que siga al frente de ella, porque esto ha
sido una cuestión “particular”. Y así
lo ha visto también ese personaje al que le pierde su incontinencia oral, Carlos Floriano, para el que tan “solo”
se trata de un delito fiscal.
Mucho me temo, que ese mismo “solo”, es el que será utilizado con la casa real y con
Urdangarín. El mismo “solo” que ha permitido el propio Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro,
con su Amnistía Fiscal y que sigue
permitiendo, dejando que las empresas
españolas sigan sin pagar impuestos aún habiendo aumentado beneficios. El
mismo que permite injerencias en
investigaciones a grandes empresas, empañando así la imagen de los
empleados honrados, que los hay, de la Hacienda Pública. Que destina el 80% de sus empleados a perseguir al pequeño
contribuyente, cuando el 80% del fraude fiscal se da entre las grandes
empresas.
También hay que tener en cuenta que
ha tenido mucha “suerte”, ya que de los otros delitos de
cohecho y prevaricación de que estaba acusado, ha salido indemne, y bien sea
por casualidad o porque la suerte siempre le ha sido muy favorable (no
olvidemos que siempre le tocaba la lotería), el Presidente de la Audiencia de Castellón es Joaquín Domínguez, promovido a este puesto por el Partido Popular y reconocido genovés de
toda la vida.
Y es que en España el delito fiscal es eso, “solo”
un delito fiscal.
Para la “gente
de bien” hay cosillas que no son delito
A Fabra lo han sentenciado
por un delito fiscal
y al igual que a un mariscal
en Castellón lo han tratado,
pues que robar a la Hacienda
bien merece una Encomienda.
El único que ha callado
y ha acatado la sentencia
por no estar en evidencia
es Rajoy, tan engañado,
que ya dicen que es idiota
como su propia gaviota.
Pues todo el mundo le engaña,
(Barcenas, Camps, Fabra, Rato)
y o bien es por mentecato
o es de la misma calaña,
y siendo tan buen marrano
nos ha salido serrano.
Sin embargo está Floriano,
economista y letrado
que más parece iletrado,
pero eso sí, ¡campechano!,
que piensa como un mosquito
y para él no es un delito.
Cohecho y
prevaricación no han sido tenidos en cuenta
por un juez
de la “Marca Génova”
Pues que engañar a la Hacienda
“solo” es delito fiscal
y como dijo Pascal,
tal no vale una contienda,
pues que Hacienda somos todos
puede meter mano y codos.
Que en España esto es engaño
que todos lo hemos hecho
como si fuera un derecho
desde los tiempos de hogaño,
que es un pecado venial
y no un pecado mortal.
No es que lo diga un pendón
sino que muchos lo piensan
y a sí mismos se dispensan
la confesión y el perdón
porque tan “solo” es delito
pagado estando contrito.
Siendo aquí poco penado,
en un país protestante
es un delito aberrante
por el que quedas marcado
para el resto de tu vida
y tu carrera perdida.
Pero España es diferente.
Ya nos lo decía Fraga;
aquí haga lo que se haga
si eres persona influyente
hay mil perdones para ellos,
y si no, mil atropellos.
Viejo truco de la Brunete mediática para distraer